Brasilía.
Tras ser acusado de corrupción y lavado de dinero por la Fiscalía, el expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva arremetió contra las “élites”, a quienes acusó de buscar acabar con su vida política como epílogo a la reciente destitución de su sucesora Dilma Rousseff.
En un irónico y largo pronunciamiento de marcado carácter político dijo que si le prueban algún delito irá caminando hasta la comisaría para su detención.
Lula se declaró inocente de las acusaciones que lo colocan como ‘el comandante máximo’ de la operación Lava Jato (lavadero de autos) y retó a los fiscales a presentar pruebas concretas en su contra.
“Sigan atacando; estaré aquí, no voy a perder el sueño (...). La historia mal comenzó. Algunos piensan que terminó. Voy a vivir mucho. Tengo 70 años, pero quiero vivir 20 más”, desafió.
Defensa
El expresidente se emocionó hasta las lágrimas cuando recordó, con la voz quebrada, la que considera su “mayor conquista”: la del derecho para todos los brasileños “de andar con la cabeza erguida”.
Lula consideró que “el odio” de las élites contra sus políticas sociales explica buena parte de las turbulencias que llevaron a fin de agosto a la destitución de Rousseff por parte del Senado por manipular las cuentas públicas, e incluso a la del diputado Eduardo Cunha, con el encumbramiento de Michel Temer al frente del país.
“Crearon un epílogo: eligieron a Temer, destituyeron a Dilma y después a Cunha, y ahora quieren destruir la vida política de Lula”, afirmó.
Además, acusó al gobierno de Temer de querer “entregar al capital extranjero” las grandes industrias nacionales, entre las que citó a Petrobras.
Tras ser acusado de corrupción y lavado de dinero por la Fiscalía, el expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva arremetió contra las “élites”, a quienes acusó de buscar acabar con su vida política como epílogo a la reciente destitución de su sucesora Dilma Rousseff.
En un irónico y largo pronunciamiento de marcado carácter político dijo que si le prueban algún delito irá caminando hasta la comisaría para su detención.
Lula se declaró inocente de las acusaciones que lo colocan como ‘el comandante máximo’ de la operación Lava Jato (lavadero de autos) y retó a los fiscales a presentar pruebas concretas en su contra.
“Sigan atacando; estaré aquí, no voy a perder el sueño (...). La historia mal comenzó. Algunos piensan que terminó. Voy a vivir mucho. Tengo 70 años, pero quiero vivir 20 más”, desafió.
Defensa
El expresidente se emocionó hasta las lágrimas cuando recordó, con la voz quebrada, la que considera su “mayor conquista”: la del derecho para todos los brasileños “de andar con la cabeza erguida”.
Lula consideró que “el odio” de las élites contra sus políticas sociales explica buena parte de las turbulencias que llevaron a fin de agosto a la destitución de Rousseff por parte del Senado por manipular las cuentas públicas, e incluso a la del diputado Eduardo Cunha, con el encumbramiento de Michel Temer al frente del país.
“Crearon un epílogo: eligieron a Temer, destituyeron a Dilma y después a Cunha, y ahora quieren destruir la vida política de Lula”, afirmó.
Además, acusó al gobierno de Temer de querer “entregar al capital extranjero” las grandes industrias nacionales, entre las que citó a Petrobras.
