01/05/2024
12:26 AM

Lula, el 'comandante” de la corrupción en el caso Petrobras

Brasília.

La fiscalía de Brasil acusó ayer al expresidente Luiz Inácio Lula da Silva de ser el “comandante máximo” de la red de corrupción en Petrobras, una denuncia que cayó como una bomba en un país sacudido por las crisis políticas.

El jefe de los fiscales que investiga el caso, Deltan Dallagnol, afirmó en una rueda de prensa en Paraná que el exmandatario (2003-2010) estaba en la cima del esquema que desvió miles de millones de dólares de la petrolera estatal, revelado por la Operación Lava Jato (lavadero de autos). “Sin el poder de decisión de Lula, ese esquema sería imposible”, afirmó, al definir el caso también conocido como “Petrolao” como “el mayor escándalo de corrupción de la historia de Brasil”.

Ahora el juez Sergio Moro, devenido en símbolo de la lucha contra la corrupción, deberá decidir si acepta la denuncia contra el exdirigente sindical, que encarnó la irrupción de la izquierda latinoamericana a inicios de la década pasada.

Según Dallagnol, en esta causa -una de las múltiples del expediente que ya se tradujo en más de un centenar de sentencias- Lula recibió unos 3,7 millones de reales (1,1 millones de dólares al cambio actual) “en sobornos pagados disimuladamente”.

Afirmó además que se había constatado que la constructora OAS, una de las principales involucradas en la trama político-empresarial de sobornos en Petrobras, transfirió recursos al expresidente mediante la reforma de un apartamento tríplex y de un contrato falso de almacenamiento de bienes personales.

La esposa del exmandatario, Marisa Leticia Lula da Silva, también fue denunciada, en particular como presunta copropietaria del tríplex.

El fiscal que conduce el equipo de investigadores definió como “sobornocracia” el sistema masivo de desvío de fondos diseñado, según dijo, con el objetivo de “perpetuarse criminalmente en el poder, enriquecerse ilícitamente y corromper la gobernabilidad”.

Reacción

Los abogados del expresidente, imputado por la Fiscalía por corrupción y lavado de dinero, calificaron la acusación como “un deplorable espectáculo de verborragia” en el que no fue presentado ninguna prueba.

De acuerdo con sus defensores, Lula y su esposa, Marisa Leticia, repudian públicamente la acusación por estar “basada en piezas de inconsistencia cristalina” y tener motivaciones políticas.

“El fiscal señaló a Lula como maestro de una organización (criminal) pero no presentó pruebas de ningún crimen. Fue una farsa en la que no se mostró ningún acto (ilegal) practicado por Lula”, dijo el abogado Cristiano Zanin Martins.