La aspirante presidencial demócrata Hillary Clinton y el republicano Ted Cruz no solo se alzaron con la victoria en Texas, el premio gordo del supermartes electoral en Estados Unidos, sino que también ganaron con holgura el voto latino.
Texas tiene un 30 % de electores latinos -solo superado porcentualmente por Nuevo México-, aunque los hispanos representan a casi el 40 % de la población en ese estado sureño.
Son más de 4,5 millones de votantes que en las primarias de este supermartes se volcaron con Clinton y Cruz, según los sondeos a pie de urna y los resultados de los distritos con mayoría hispana.
La encuesta elaborada por Edison Research para una alianza de medios estadounidenses reflejó que el 67 % de latinos demócratas -65 % de hombres y 68 % de mujeres- votaron por Clinton, mientras que el 33 % lo hizo por el senador por Vermont Bernie Sanders.
Este es un resultado muy parecido al final en Texas, con una victoria de la ex primera dama por un 65 % frente al 33 % de Sanders.
Clinton celebró su victoria en Texas con sus seguidores.
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Entre los republicanos, los latinos optaron primero por Cruz en un 32 %, aunque seguido muy de cerca por el magnate Donald Trump y del senador Marco Rubio, con un 26 % cada uno.
Estos porcentajes sí difieren del resultado final, en el que Cruz barrió con un 44 % de los votos a Trump (28 %) y Rubio (18 %).
Como las primarias en Texas son responsabilidad de los partidos, republicanos y demócratas utilizan divisiones distintas, aunque parecidas, para contabilizar el voto.
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Trump y su controvertido discurso migratorio, por su parte, quedaron en segundo lugar en todos los distritos de la larga frontera entre Texas y México, en los que superó al latino Rubio.
La victoria en Texas le sirvió a Cruz para maquillar su derrota en el supermartes electoral, ya que el senador obtuvo en este estado 99 delegados, por 38 de Trump, y sus únicas otras victorias fueron en Alaska y Oklahoma.