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El republicano Donald Trump y la demócrata Hillary Clinton salieron de la agotadora jornada del 'supermartes' con clara ventaja en sus aspiraciones presidenciales.
Sin embargo, los resultados dejaron claro que el problema de los republicanos no es Hillary Clinton, sino la posibilidad cada vez mayor de que Donald Trump sea su candidato presidencial, mientras que en la contienda demócrata Bernie Sanders no se rinde.
Como advertía hoy el diario The Washington Post, la 'ventana' para evitar una candidatura presidencial de Trump 'se cerró casi completamente' con las victorias del magnate en siete de los once estados en juego y, además, el partido no cuenta en este momento con una estrategia consensuada para rechazar al multimillonario neoyorquino.
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'Los republicanos parecen estar vacilando, incapaces o reacios a comprender que un turbio y grandilocuente mentiroso (Trump) está fraguando la imagen de su partido como símbolo de intolerancia y división', sostiene hoy The New York Times en un duro editorial.
Hasta ahora, los principales líderes republicanos en el Congreso han hilado fino cuando han tratado de distanciarse de Trump y no lo han hecho a menudo.
Aquí las lecciones e interrogantes planteadas tras los resultados.
¿Tiene Trump la nominación garantizada?
Si Trump consigue 1.237 delegados (de un total de 2.472), la partida estará definida y el empresario será nominado candidato formal del partido Republicano a las elecciones.
Si ninguno de los candidatos alcanza esa mayoría al fin de las primarias en junio, la investidura será determinada en la convención a ser realizada en Cleveland, en Julio. Los delegados primero votarán por sus candidatos, sin elegir un ganador, para realizar nuevas rondas sin compromiso de apoyar a su candidato inicial.
Marco Rubio pierde impulso
Rubio promete continuar la carrera y busca una victoria en su estado, Florida, el 15 de marzo, pero el argumento de que es el único capaz de mantener unido al partido parece haberse hundido.
En tanto, el ultraconservador Ted Cruz, senador por Texas y enemigo jurado de la dirección del partido, no cesa de crecer. En estas primarias ha derrotado a Trump en Iowa, Texas y Oklahoma, y se permitió pedir a Rubio que abandone la contienda.
¿Puede el partido aún contener a Trump?
'Muchos terminarán por apoyarlo', dijo Christopher Arterton, profesor de la Universidad George Washington.
Un analista conservador, Frank Luntz, estimó que es peligroso impulsar una guerra interna en el partido, ya que podría hundir a los propios dirigentes políticos.
Hillary Clinton, en clara ventaja
Pero el mensaje del senador sobre la desigualdad económica y contra la complicidad entre la clase política y el poder económico encuentra apenas un eco débil entre las minorías que forman en bloque central del electorado demócrata.
Más de 80% de los negros votaron por Clinton en los estados del Sur, de acuerdo con sondeos a boca de urna. En Texas, ella tuvo el apoyo de dos tercios del electorado hispano.
En total, hasta ahora Clinton se impuso en 11 de las 16 primarias realizadas y encabeza con comodidad en número de delegados. Al contrario que entre los republicanos, entre los demócratas los delegados con distribuidos de acuerdo a una estricta proporcionalidad. La dinámica actual está del lado de la campaña de Clinton.