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La guerrilla de las Farc comienza a dejar las armas

  • 01 marzo 2017 /

Ayer arrancó el proceso de dejación de armas, punto esencial del acuerdo de paz firmado con el gobierno colombiano.

    San José de Oriente, Colombia.

    El arma es “como un seguro de vida” para el guerrillero Emiro Suárez, que se confiesa algo “inseguro” al saber que pronto dejará su fusil como parte del desarme de las Farc, que arrancó ayer en Colombia en el marco del acuerdo de paz.

    “De tantos años cargar arma, dejarla le deja a uno como inseguro”, afirma a AFP en San José de Oriente, a 30 minutos de la ciudad de Valledupar, desde una de las 26 zonas donde las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc, marxistas) se concentran en cumplimiento del pacto firmado en noviembre para terminar medio siglo de conflicto. Para este hombre de 40 años y 17 en las Farc, “el arma es como una garantía de la vida de uno, del guerrillero, como un seguro de vida”, dice bajo un calor aplastante.

    Pero “estamos contando con este proceso de paz, con otra arma que también es potente, que es la palabra” y “se siente uno fuerte porque el pueblo está contento porque ya se va a acabar la violencia y con esto, uno se siente también seguro”, completa Suárez, entre tímido y risueño.

    Desde hace cuatro meses, este guerrillero de familia campesina que quiere ser profesor de agricultura una vez consolidada la paz, porta un nuevo AK-47, pero también ha llevado otros fusiles y pistolas.

    No le tocará, sin embargo, entregarlo ya. Yaer apenas comenzó el registro del armamento, en que la ONU documentará el material de guerra en manos de los casi 7,000 miembros de las Farc.

    El cronograma original, que prevé que para fines de mayo todas las armas queden en poder de Naciones Unidas, establecía que el 1 de marzo las Farc entregarían 30% del armamento.

    Pero todo se demoró al atrasarse la concentración de los guerrilleros por problemas logísticos. Así, el “almacenamiento gradual” en contenedores comenzará solo con la recepción de las armas de los 322 miembros de las Farc que integran el Mecanismo de Monitoreo y Verificación (MMV), ente tripartito (guerrilla, gobierno y ONU) que debe controlar el cese al fuego.

    Sonriente, Gladys Narbais, de 44 años, más de la mitad en las Farc, dice que no le “da miedo” dejar su AK-47.

    “Lo que anduvimos luchando con las armas, ahora lo vamos a luchar sin ellas, porque el fusil no es que sea el futuro”, asegura esta indígena de la Sierra Nevada de Santa Marta.