Sin luz, agua, incomunicados, los venezolanos cumplen este domingo tres días de un apagón sin precedentes que ya dejó 15 pacientes muertos y amenaza con prolongarse indefinidamente, aumentando las angustias que padecen por la severa crisis política y económica que golpea al país petrolero.
La suspensión masiva del servicio eléctrico, la peor registrada en este país de 30 millones de habitantes, comenzó el jueves a las 16H53 locales (20H53 GMT), tomando ribetes dramáticos: los fallecidos son enfermos renales que no pudieron recibir diálisis, según la ONG Codevida.
Los hospitales que tienen plantas generadoras las usan sólo para emergencias. El país está prácticamente paralizado con negocios cerrados y poco transporte, sin actividades laborales ni escolares. Entre la población, la preocupación aumenta porque la comida empieza a dañarse y el agua escasea.
Crisis
Muchos supermercados están cerrados porque no disponen de plantas generadoras. Nadie puede retirar dinero de los cajeros ni usar ningún tipo de tarjetas, en un país donde las transacciones electrónicas son vitales incluso para operaciones pequeñas porque no hay dinero en efectivo.
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Maduro denunció 'ataques electromagnéticos' al 'cerebro' de la hidroeléctrica de Guri, ubicada en el estado Bolívar (sur), la mayor de Venezuela y la segunda de América Latina, después de Itaipú (Brasil-Paraguay).
Guaidó y expertos responsabilizan al gobierno por falta de inversiones y mantenimiento, y por la corrupción, ante recurrentes interrupciones del servicio eléctrico, principalmente en el interior del país, pero las autoridades denuncian constantes actos de 'sabotaje'.
El 96% de la infraestructura de telecomunicaciones de Venezuela está caída, asegura NetBlocks
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La descomunal falla eléctrica viene a castigar aún más a una población que sufre por la escasez de medicinas y alimentos, y la hiperinflación.
'Cada día peor. Tenemos los peores servicios del mundo: sin luz, sin agua, a veces sin gas', dijo a la AFP Edward Cazano, de 20 años, quien vive con su madre y sus tres hermanos menores en el barrio popular caraqueño de Pinto Salinas.
En un país con un éxodo de 2,7 millones de venezolanos desde 2015 según la ONU, la incomunicación es angustiante. Intentando captar señal de sus teléfonos móviles, muchos autos se estacionan al borde de la autopista Francisco Fajardo, la principal de Caracas, donde hay repetidores cerca.
En Caracas y su periferia, donde viven seis millones de personas, seguía suspendido el Metro, lo que obliga a la gente a largas caminatas. Largas filas de autos se forman en algunas pocas estaciones de servicio que funcionan, ante el temor de que pronto falte la gasolina.
Decenas de personas están aún varadas en el aeropuerto internacional de Maiquetía ante la suspensión de varios vuelos.
Las personas usan sus teléfonos móviles en el Distribuidor Altamira, la salida principal de la carretera Francisco Fajardo, donde pueden obtener servicio telefónico durante un corte de energía parcial en Caracas. AFP
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El servicio ha sido restablecido durante apenas algunas horas en estos tres días. Pero el corte sigue afectando a Caracas y 22 de los 23 estados del país, sin que las autoridades definan cuánto tiempo llevará normalizar el suministro.
En su primera aparición pública desde el comienzo del apagón, Maduro dijo el sábado ante una multitud de seguidores en Caracas que se había avanzado en la reconexión de casi un 70% del país, pero otro ataque -dijo- 'tumbó todo lo logrado'.
Ante la prolongación de la crisis, el presidente socialista anunció la distribución de alimentos subsidiados en barrios populares, agua y asistencia a hospitales.
Reforzando su ofensiva en esta crisis energética, Guaidó anunció el domingo, ante miles de seguidores, una gira nacional con diputados para definir la fecha de una movilización hacia Caracas.
Ministro de Comunicación
Jorge Rodríguez anunció que Venezuela denunciará a Estados Unidos por el apagón y presentará las 'pruebas del sabotaje' a una misión de la Oficina de Derechos Humanos de la ONU que llegará este domingo al país.
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Maduro mantiene un duro enfrentamiento con la administración de Trump, que advierte una agresión contra Guaidó tendrá 'serias consecuencias'.
'Todo tiene su momento (...) y a mí no me tiembla el pulso para hacer justicia', expresó Maduro ante pedidos de sus seguidores para apresar a Guaidó, a quien tildó de 'payaso' y títere'.