John McAfee es todo un personaje. No solo por su papel en el mundo de la tecnología con el antivirus McAfee, sino sus aventuras en Centroamérica o su reciente candidatura para la presidencia de Estados Unidos.
Hoy McAfee se ha ofrecido como voluntario para desbloquear el iPhone del caso San Bernardino, el cual ha generado una disputa entre Apple y el Gobierno de Estados Unidos.
En una columna escrita por el mismo McAfee en Business Insider, el experto en seguridad explica los peligros que conlleva el desarrollar un backdoor para el iPhone. Desde lo risible que suena el hecho de que solo sería utilizado una vez en el caso de San Bernardino hasta cómo unos cuantos millones de dólares, mujeres (u hombres) y un viaje al Caribe serían suficientes para que cayera en manos enemigas y se vulnerara la seguridad de todos los usuarios.
Es por eso que John McAfee se ha ofrecido como voluntario para desencriptar la información que contiene el iPhone de San Bernardino sin cobrar un solo dólar. McAfee dice que él y su equipo utilizarán ingeniería social y les tomará tres semanas para conseguirlo. La única condición es que el FBI cancele la petición a Apple para desarrollar el backdoor.
¿Puede John McAfee desbloquear un iPhone?
Con todo el drama ocasionado por el FBI, la gente pensaría que desbloquear un iPhone es casi tan complejo como conseguir los códigos nucleares de Estados Unidos. Para McAfee no, incluso le ha dicho al FBI que si duda de su capacidad solo tiene que buscar en Google 'Cybersecurity legend' y revisar los primeros 10 resultados.
McAfee dice trabajar con los mejores hackers del mundo:
Con todo respeto a Tim Cook y Apple, trabajo con un equipo que tiene a los mejores hackers del mundo. Ellos van a Defcon en Las Vegas y son leyendas en sus grupos locales de hackers (...) Me comería mi zapato en el show de Neil Cavuto si no pudiéramos romper el cifrado del teléfono de San Bernardino. Es un hecho puro y siomple
¿Por qué no tiene el FBI acceso a ese personal? Por culpa de los estereotipos. John indica que el FBI no contrataría a alguien con un corte de mohicano, argollas y que pide fumar marihuana mientras trabaja. Mucho menos pagaría medio millón de dólares al año por sus servicios.