El presidente de Argentina, Javier Milei, se hizo presente al funeral del papa Francisco en la plaza de San Pedro.
Pese a su asistencia, el mandatario argentino recibió fuerte críticas por llegar tarde al funeral del papa Francisco, nacido en ese país suramericano.
La llegada tardía de Milei, quien no pudo rendir homenaje a Francisco antes de que su ataúd fuera llevado en procesión, constató con la puntualidad de otros mandatarios y fieles que acompañaron la ceremonia de despedida de Francisco.
Con la plaza llena a rebosar de fieles, las delegaciones internacionales, ocuparon un área reservada frente a la basílica, entre los que estarán el presidente de Estados Unidos, Donald Trump o los reyes de España, Felipe VI y Letizia.
El presidente de Argentina, Javier Milei, fue ubicado en primera fila por ser la delegación del país natal de Francisco, así como la primera ministra italiana, Giorgia Meloni.
Una vez terminado el funeral, el féretro de Francisco cruzará Roma con un cortejo fúnebre para ser trasladado a la basílica romana de Santa María la Mayor, como pidió en su testamento.
Miles de fieles llenaron este sábado la plaza de San Pedro del Vaticano horas antes de que comience el funeral del papa Francisco, una ceremonia que se espera congregue a unas 200.000 personas, además de a decenas de autoridades internacionales.
Previo al inicio de las exequias, previsto para las 10:00 hora local (08:00 GMT), siguen llegando fieles que abarrotan la plaza para asegurarse una buena visión de la ceremonia, pues una vez alcance su capacidad máxima los devotos que accedan deberán colocarse a lo largo de la Vía de la Conciliación, donde se han instalado pantallas gigantes.
Los grupos de peregrinos y devotos, muchos con banderas, retratos y objetos religiosos vinculados al papa Francisco, abarrotan la plaza de San Pedro mientras esperan al inicio de la misa exequial, que será su última vez ante los fieles y su despedida definitiva del Vaticano.
Los accesos al público se abrieron a las 06:00 hora local (04:00 GMT), en medio de un amplio dispositivo de seguridad, y el ingreso se realizó de forma escalonada y bajo estricta supervisión para evitar aglomeraciones.
Algunos fieles incluso pasaron la noche a la intemperie en sacos de dormir en las inmediaciones del Vaticano, fuera del perímetro de seguridad, para ser los primeros en acceder al recinto.La masiva afluencia coincide con la llegada de miles de jóvenes que ya tenían previsto viajar a Roma para participar en el Jubileo de los Adolescentes y en la canonización de Carlo Acutis, evento que fue pospuesto tras la muerte del papa. EFE