Más de 300 empleados de una planta de cemento al noreste de Damasco fueron secuestrados por el grupo yihadista Estado Islámico (Isis), que el jueves sumó un nuevo revés al perder su principal punto de paso a Turquía.
Expulsado de Palmira y de Al Qaryatayn (centro) y a la defensiva en la provincia de Alepo (norte), el Isis lanzó el lunes una ofensiva en la región de Dmeir, al noreste de la capital Damasco, en donde secuestró a más de 300 empleados de una cementera, según la agencia oficial siria Sana.
'La empresa indicó al ministerio sirio de Industria que por ahora no ha podido entrar en contacto con las personas secuestradas', indicó Sana.
Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), 35 combatientes del Isis y 20 miembros de las fuerzas del régimen han muerto desde el lunes en Dmeir.
Nuevo revés
Diez días después de la pérdida de Palmira, el Isis registró un nuevo revés el jueves al perder su principal punto de paso a Turquía, según el OSDH.
'Facciones rebeldes e islamistas tomaron el control del noreste de Al Rai', una ciudad fronteriza con Turquía, en la provincia de Alepo, después de dos días de lucha contra el Isis, dijo a la AFP el director del OSDH, Rami Abdel Rahman. Según él, se trata de 'uno de los últimos' puntos de paso del Isis a Turquía.
Desde hace casi dos semanas, el grupo ultrarradical ha perdido el control de al menos 18 localidades que controlaba desde hace dos años en la provincia de Alepo.
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Para Abdel Rahman, 'todas las partes en conflicto en Siria están concentrando sus operaciones contra el Isis, ya sean los rebeldes, el régimen o los kurdos'. 'Es una especie de distribución de roles bajo la supervisión de los estadounidenses y los rusos,' patrocinadores de la tregua que entró en vigor a finales de febrero entre el régimen y los rebeldes.
El alto el fuego ha permitido que las tropas del gobierno se concentren en la lucha contra los yihadistas, excluidos del acuerdo iniciado por Washington y Moscú.