El tribunal correccional de París comenzó ayer los interrogatorios de los inculpados en el juicio del caso Clearstream, una supuesta maquinación política que trasladó a la justicia la rivalidad entre el ex primer ministro Dominique de Villepin y el presidente francés Nicolas Sarkozy.
Ayer, los jueces empezaron a desentrañar este complejo proceso contenido en 40 tomos, interrogando a dos de los cinco acusados: un ex auditor becario en Clearstream, Florian Bourges, y el periodista Denis Robert, los primeros en poner la mano sobre una falsa lista de cuentas secretas de ese organismo de compensación financiera con sede en Luxemburgo.
Tras ser falsificadas, esas listas fueron enviadas a un juez para que creyera que algunas personalidades, entre ellas el entonces ministro del Interior, Nicolas Sarkozy, poseían cuentas ocultas en Clearstream.
Sarkozy, que cuando estalló el escándalo prometió “colgar al responsable de un gancho de carnicero”, aparecía en esa lista con sus patronímicos “Stephane Bocsa” y “Paul de Nagy”. Su nombre completo es Nicolas Paul Stephane Sarkozy de Nagy-Bocsa.