La roya, una enfermedad que afecta casi el 50% de las 933,000 hectáreas de café en Centroamérica, tendrá un fuerte impacto económico y social en los países de la región, cuyos gobiernos intentaban ayer acordar medidas de corto y mediano plazo para contener la plaga.
Reunidos en San José, los ministros de Agricultura de la región aprobaron un programa para afrontar el problema de manera conjunta, tras reconocer la grave situación planteada por la plaga que mermará o dejará del todo sin ingresos a cientos de miles de personas, en una zona que ya cuenta con altos índices de pobreza y desempleo.
“Definitivamente, el impacto será muy fuerte. En Honduras hay 110,000 productores de café, en su mayoría dueños de pequeñas parcelas, que experimentarán una reducción importante de sus ingresos. Además, se calcula que se perderán cerca de 100,000 empleos”, dijo el ministro hondureño de Agricultura, Jacobo Regalado. Las preocupaciones son similares en los demás países de la región, donde la producción cafetalera la realizan unos 320,000 agricultores -de los cuales entre un 55% y un 90% son pequeños parceleros- junto a otros dos millones de personas en calidad de asalariados. La reducción del rendimiento más la caída de los precios en el mercado internacional plantean una situación que “los pequeños productores no podrían afrontar si no es con el apoyo de nuestros gobiernos”, dijo el ministro guatemalteco, Elmer López. El programa aprobado por los jerarcas de Agricultura contempla una primera fase de tratamiento químico en las fincas afectadas, para lo cual varios gobiernos han echado mano a fondos especiales o a declaratorias de emergencia. AFP