Estados Unidos y Rusia seguían trabajando el lunes en busca de un alto el fuego en Siria, al día siguiente de los atentados más sangrientos en cinco años y mientras prosiguen los combates cerca de Alepo.
Se espera que el presidente de Estados Unidos Barack Obama y su par ruso Vladimir Putin hablen en los próximos días, luego de que Washington anunciara que se llegó a un acuerdo provisional sobre una tregua inminente.
El secretario de Estado estadounidense, John Kerry, anunció el acuerdo el domingo, día en el que una serie de atentados cerca de la capital siria, Damasco, y la ciudad de Homs (centro) dejó al menos 179 muertos.
Estado Islámico se atribuyó la autoría de estos atentados perpetrados en áreas bajo el control del régimen. En el doble atentado cometido cerca del santuario chiita de Sayeda Zeinab, a menos de 10 km de Damasco, murieron 120 personas, mientras que en el del barrio Al Zahraa, de Homs, perecieron 59.
El doble atentado cerca del santuario chiita ha pasado a ser el ataque más sangriento cometido desde el inicio de la guerra en Siria en 2011, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), una ONG basada en Reino Unido.
Kerry dijo que Obama y Putin hablarán 'en los próximos días' sobre los términos del acuerdo que se aplicaría a los combates entre rebeldes no yihadistas y las tropas del régimen apoyadas por Moscú y Teherán.
Este cese el fuego parcial no se extenderá a los esfuerzos internacionales para combatir al EI y a otros grupos yihadistas en Siria, lo que complica su puesta en marcha.
La tregua que debía entrar en vigor el viernes pasado en virtud de un acuerdo internacional apadrinado por Moscú y Washington fue ignorada completamente.
Rusia dijo el lunes que los atentados del domingo tenían como objetivo socavar los esfuerzos de paz.
'Los atroces crímenes perpetrados por extremistas buscan asustar a la población y socavar los intentos por alcanzar una solución política en la crisis siria', declaró el ministerio ruso de Relaciones Exteriores en un comunicado.