El escándalo que rodea la renuncia del jefe de la CIA, David Petraeus, por un affaire extraconyugal, dio un giro ayer por informaciones que indican que su supuesta amante habría enviado mensajes amenazantes a una segunda mujer.
El caso salió a la luz cuando el FBI investigaba si un computador usado por Petraeus había sido hackeado.
NBC News y otros medios informaron que el FBI (Oficina Federal de Investigación) centra sus pesquisas en Paula Broadwell, coautora de una favorable biografía de Petraeus, por un posible acceso indebido a información secreta.
Le descubren todo
Funcionarios no identificados dijeron al Times que la amante de Petraeus era Broadwell, una mayor (r) del Ejército que pasó largos períodos entrevistando al héroe de la guerra en Irak para su libro.
Broadwell no ha hecho comentarios sobre las revelaciones.
El periódico neoyorquino y The Washington Post, citando a un funcionario informado del tema, publicaron el sábado que el conocimiento del caso había sido provocado por varios correos electrónicos de “acoso”, enviados por Broadwell a una mujer identificada como Jill Kelley (37), residente de Tampa, Florida. Ella se desempañaba como enlace sin sueldo con la Base MacDill de la Fuerza Aérea en Tampa.
Kelley se asustó tanto, según el Post, que recurrió al FBI por protección y para ayudar a localizar al remitente. De acuerdo con el Post, ella no trabaja para la CIA y su relación con Petraeus no es del todo clara, aunque al parecer se veían a menudo. Sin embargo, los correos indican que Broadwell la percibía como una amenaza para su relación con el jefe del espionaje estadounidense. “Después de estar casado durante más de 37 años cometí un error grave al involucrarme en una aventura extramatrimonial”, dijo Petraeus, quien presentó su renuncia a Obama.