Habitantes de la ciudad de Alepo, en el norte de Siria, y el principal grupo de la oposición siria expresaron su indignación después de que unos rebeldes decapitaran a un niño, denunciando un 'acto de odio' en un país arrasado por los horrores de la guerra.
El brutal asesinato, filmado y difundido el martes en las redes sociales, fue efectuado por rebeldes islamistas que acusaron al chico de combatir en las filas del régimen sirio de Bashar Al Asad.
'¿Cómo pueden masacrar a un niño de esta forma?', se preguntaba Basel Zein, un peluquero de 25 años que reside en el barrio de Al Kalasé de Alepo, en manos de los insurgentes. La segunda ciudad de Siria está dividida en una parte este, controlada por los rebeldes, y una parte oeste, en manos del régimen de Al Asad.
Mohamad Badaui, imán en una mezquita de Alepo, afirmó que esta acción 'es obra de criminales. Está prohibido por el islam'.
El joven fue decapitado por miembros del grupo rebelde Nuredin Zinki en la parte trasera de un camión, en una vía pública del barrio de Al Mashad, en manos de los insurgentes.
En el video, los rebeldes acusan al niño de pertenecer a la brigadas Al Qods, un grupo palestino prorrégimen, y afirman haberlo capturado durante unos combates en el norte de Alepo, donde se enfrentan rebeldes y fuerzas leales a Al Asad.
Las personas implicadas fueron detenidas y puestas a disposición de una comisión de investigación que hará público su veredicto 'lo más pronto posible', agregó Nuredin Zinki.
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