El gigantesco huracán Ike se adentra en Texas, acompañado de olas gigantescas, vientos y lluvias, que dañaron el centro de Houston y sobre todo la isla de Gavelston, donde las autoridades temían numerosas víctimas.
El ojo del huracán alcanzó la costa de Galveston, a las 02H10 locales (07H10 GMT), cerca de 70 km al sur de Houston, y a las 13H00 GMT el se encontraba a 30 km al sur de Huntsville (Texas), degradado a la categoría 1, con vientos de 145 km/h.
Gavelston, una pequeña ciudad balnearia, ubicada en una isla entre una laguna y el Golfo de México, con 58,000 habitantes, permanece sin electricidad desde ayer porque la crecida del agua del mar mezclada con el lodo había invadido las calles.
El viento seguía soplando con furia y las olas gigantescas de hasta 5 metros de alto sobrepasaban el dique de protección de la isla, llevándose por delante toda la orilla de arena y las infraestructuras turísticas de la costa.
La alcaldesa de Galveston, Lyda Ann Thomas, ordenó un toque de queda desde el anochecer al amanecer vigente desde el viernes hasta el lunes.
Pero a pesar de las advertencias, sólo 38,000 de los habitantes de Galveston evacuaron la zona, indicó a la AFP Mary Jo Naschke, que trabaja en la oficina de la alcaldesa.
Las autoridades del balneario esperaban con angustia este sábado de mañana descubrir numerosas víctimas una vez que se calme el huracán Ike y permita que los bomberos constaten los daños.
'Esto resultó fácil hasta ahora', declaró un bombero refugiado en el hotel más sólido de la ciudad. 'Pero juntar los cuerpos será harina de otro costal, visto el número de llamados que recibimos ayer, cuando no podíamos ir a ninguna parte'.
'Jamás vi un huracán parecido. La extensión de los daños superará todo lo imaginable', declaró Diane Thiel, una residente en Galveston, de 62 años.
La ciudad ya sufrió en 1900 un huracán que provocó 8,000 muertos y que sigue siendo la catástrofe natural más mortífera de la historia de Estados Unidos.
El NHC pronosticó un mayor debilitamiento de la tormenta, aunque 'Ike seguirá siendo un huracán durante la tarde'. Ike se movía hacia el noroeste a 24 km/h.
El secretario de Seguridad Interior, Michael Chertoff, describió la llegada de Ike como 'potencialmente catastrófica'.
'Esta es una tormenta monstruosa en términos de potencial de inundación', agregó Chertoff. 'Va a inundar amplias partes de la costa de Texas'.
El gobernador de Texas, Rick Perry, quien también calificó a la tormenta de 'monstruo', pidió a los últimos habitantes que todavía estaban en las zonas amenazadas que se retiraran.
'Creo que han sido evacuadas 1,2 millones de personas', declaró Perry a la cadena de televisión CNN.
Pero unas 100.000 personas en el condado de Brazoria, sur de Texas, decidieron aguantar la tormenta en sus hogares e ignoraron los llamados a evacuar, dijeron las autoridades el viernes.
La portavoz del condado, Marie Beth Jones, dijo a la televisión local que las autoridades estaban decepcionadas por el número de personas que prefirieron quedarse en sus hogares.
El huracán podría haber provocado daños por entre 8,000 y 18,000 millones de dólares, señala la empresa privada Eqecat, sobre la base de modelos matemáticos.
Esas estimaciones se refieren únicamente a los bienes asegurados -instalaciones industriales, depósitos y residencias privadas- y las pérdidas de producción resultantes del pasaje del huracán.
No se han tenido en cuenta los daños causados por las inundaciones ni los sufridos por los automóviles.
El gobernador Perry estimó el viernes que Ike podría provocar 100,000 millones de dólares en daños, lo que sería la catástrofe más costosa de la historia de Estados Unidos.
Intentando atenuar los costos, el presidente George W. Bush anunció el sábado una simplificación de los procedimientos de importación de petróleo para responder a las dificultades de aprovisionamiento provocadas por el pasaje del huracán Ike sobre las refinerías de la región de Houston (sur).
'Nuestra administración actuó rápidamente', asegura un comunicado leído por Bush por televisión, en el que explica que había levantado algunas restricciones para 'facilitar las importaciones' de gasolina para que pueda 'llegar al mercado'.
Cerca de 1,500 soldados norteamericanos se preparan para responder a las emergencias y el barco 'USS Nassau', con 45 helicópteros y cuatro aviones tenían que patrullar el golfo de México.