Mientras el huracán Ike bramaba ayer en el Golfo de México en dirección hacia la costa de Texas, las autoridades de la cuarta ciudad más grande en EUA tomaron una decisión inesperada: en lugar de escapar, los habitantes enfrentarán el meteoro.
La población fue instada a proteger ventanas, retirar muebles de terrazas y abastecerse de agua y víveres. Las autoridades también pidieron que no abarroten las carreteras para evitar los congestionamientos que costaron vidas cuando el huracán Rita amenazó a Houston en 2005.
'Será, con sinceridad, algo que asustará a la gente', advirtió Bill White, el alcalde de Houston. 'Varias personas de esta comunidad no han experimentado la magnitud de esos vientos'.
La decisión representa un agudo contraste con la forma en que las autoridades de emergencia reaccionaron ante el huracán Rita en 2005. Mientras el meteoro se acercaba hace tres años, la región puso en práctica un plan: evacuar primero a unos dos millones de personas de las comunidades costeras para llevarlas a Houston. Una vez que estuvieran allá fuera de peligro, entonces seguiría Houston de manera ordenada.
Feroz
Los vientos de Ike y la posibilidad de olas de 15 metros impidieron a la Guardia Costera rescatar con un helicóptero a 22 personas a bordo de un carguero de 178 metros de eslora que se averió en la ruta de la tormenta a unos 145 kilómetros al sudeste de Galveston, dijo el suboficial Mike O’Berry.
El carguero transportaba coque de petróleo utilizado como combustible en las plantas siderúrgicas.
Los meteorólogos advirtieron que debido al tamaño de Ike y la escasa profundidad de las aguas costeras de Texas, se podría formar una marea de 6 metros de altura y olas quizá de 15 metros.
Ike será el primer huracán importante que azota un área metropolitana en EUA desde que Katrina devastó hace tres años a Nueva Orleáns.
'Será, francamente, algo que asustará a la gente', comentó el alcalde de Houston.
Entre dos fuegos
Los texanos se encuentran entre dos fuegos, ya que los remanentes de la tormenta tropical Lowell, en el Pacífico, depositó casi 20 centímetros de agua en la ciudad norteña de Lubbock en 24 horas, inundando casas y carreteras.
Mandatario
El presidente George Bush fue informado detalladamente ayer sobre la situación creada por la tormenta por el secretario de Seguridad Interior Michael Chertoff, y habló el jueves con el gobernador de Texas Rick Perry.
'Estoy profundamente preocupado por el huracán Ike.
Es una enorme tormenta que se dirige hacia un gran centro de población', dijo el presidente Bush.
Si la tormenta mantiene su curso podría entrar por el canal de navegación de Houston y por la Bahía de Galveston, lo cual generaría enormes daños y posiblemente muchas víctimas.
En Cuba las autoridades informaron que siete personas habían muerto al paso del ciclón, que azotó a la isla con daños estimados en unos 3,000 millones de dólares. AP
