Un total de 121 candidatos a la 82 edición de los Oscar se dieron cita ayer en el tradicional almuerzo organizado por la Academia de Hollywood en el hotel Beverly Hilton (California), un acto donde el actor austriaco Christoph Waltz brilló con luz propia.
En la vigésima novena edición de este clásico encuentro antes de los Oscar no estuvo presente la española Penélope Cruz, la que asistió el domingo a los premios Goya; pero acudieron los cinco nominados en la categoría de mejor director, los cinco candidatos a mejor actor y cuatro de las aspirantes al premio de mejor actriz.
Con mucho humor
No todos ellos hablaron con la prensa, pero justo antes del convite algunos accedieron a compartir sus sensaciones en breves declaraciones a los periodistas.
Casualmente, es la primera candidatura al Oscar para la mayoría (excepto Harrelson y Bridges) y los nervios estuvieron a la orden del día, lo que provocó que muchos usaran el humor para romper el hielo. Sandra Bullock, resplandeciente con un vestido gris de Vivian Westwood, también comenzó chistosa: “Ahora sé cómo es ser presidente”, dijo ante los aplausos de los periodistas.
Después provocó las carcajadas del personal cuando el micrófono le golpeó el pecho. “Eso me ha hecho sentir bien”, comentó entre risas.