Managua, Nicaragua.
Dara Rodríguez y su progenitora Teresa Orellana salieron de La Ceiba, Honduras, el miércoles 6 de octubre rumbo a Mechapa, una zona del municipio de El Viejo, en Chinandega, Nicaragua. Dara (28), según reporta el diario laprensa.com.ni, abandonó su empleo de contratista en La Ceiba. “Allá sentía un vacío, aquí estoy en completa felicidad con mis hermanos”. Y su madre dice que esperan con ahínco el rapto glorioso.
Así como ellas, más de 600 personas de Honduras, El Salvador, Guatemala y Nicaragua se han trasladado a vivir a un campamento de una secta apocalíptica que se autodenomina Cuerpo Místico de Jesucristo. muchos de ellos menores, viven en condiciones de hacinamiento en el noroeste del país, informaron las autoridades.
Una comisión del gobierno nicaragüense constató este mes que en el campamento los seguidores viven hacinados, entre ellos 330 niños menores de seis años, que no reciben atención médica ni asisten a clases.
La comisión encontró niños con problemas de la piel, una niña con varicela, y mujeres embarazadas sin control prenatal que viven, igual que el resto de los miembros de la secta, en carpas de plástico.
Tras una serie de investigaciones, que aún no han concluído, la Fiscalía de Nicaragua acusó ayer formalmente a nueve miembros de la secta por los delitos de construcción en lugares prohibidos, exposición y abandono de personas.
En su sitio web, lavozdelsandinismo.com, citando a la fiscal Nineth del Carmen Miranda, informó que los hondureños acusados son Samuel Funes Rodríguez, Carlos Manuel Antunes Rodríguez, Elvin René Aguilar Maradiaga, Orlando Eliezer Funes Rodríguez, Héctor Funes Rodríguez e Iván Enrique Orellana Hernández; los nicaragüenses Francisco Javier Sánchez y Gerald Salvador Pozo Pichardo; y el guatemalteco Gerson Geovanni López.
Ocho ya fueron detenidos, entre ellos el supuesto líder de la secta, el nicaragüense Francisco Sánchez.
“Las investigaciones no han concluido... es un caso muy complejo y delicado”, dijo la fiscal Miranda.
Dara Rodríguez y su progenitora Teresa Orellana salieron de La Ceiba, Honduras, el miércoles 6 de octubre rumbo a Mechapa, una zona del municipio de El Viejo, en Chinandega, Nicaragua. Dara (28), según reporta el diario laprensa.com.ni, abandonó su empleo de contratista en La Ceiba. “Allá sentía un vacío, aquí estoy en completa felicidad con mis hermanos”. Y su madre dice que esperan con ahínco el rapto glorioso.
Así como ellas, más de 600 personas de Honduras, El Salvador, Guatemala y Nicaragua se han trasladado a vivir a un campamento de una secta apocalíptica que se autodenomina Cuerpo Místico de Jesucristo. muchos de ellos menores, viven en condiciones de hacinamiento en el noroeste del país, informaron las autoridades.
Una comisión del gobierno nicaragüense constató este mes que en el campamento los seguidores viven hacinados, entre ellos 330 niños menores de seis años, que no reciben atención médica ni asisten a clases.
La comisión encontró niños con problemas de la piel, una niña con varicela, y mujeres embarazadas sin control prenatal que viven, igual que el resto de los miembros de la secta, en carpas de plástico.
La comunidad está formada por ciudadanos de Honduras, El Salvador, Nicaragua y Guatemala, quienes han vendido sus bienes para entregarlas en “ofrendas”.
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En su sitio web, lavozdelsandinismo.com, citando a la fiscal Nineth del Carmen Miranda, informó que los hondureños acusados son Samuel Funes Rodríguez, Carlos Manuel Antunes Rodríguez, Elvin René Aguilar Maradiaga, Orlando Eliezer Funes Rodríguez, Héctor Funes Rodríguez e Iván Enrique Orellana Hernández; los nicaragüenses Francisco Javier Sánchez y Gerald Salvador Pozo Pichardo; y el guatemalteco Gerson Geovanni López.
Ocho ya fueron detenidos, entre ellos el supuesto líder de la secta, el nicaragüense Francisco Sánchez.
“Las investigaciones no han concluido... es un caso muy complejo y delicado”, dijo la fiscal Miranda.