El presidente chino Xi Jinping fue recibido este lunes en el Arco del Triunfo en París por Emmanuel Macron, que espera convencerlo de que se adhiera de manera coordinada con los europeos a un 'nuevo orden internacional'.
Pero este objetivo del presidente francés es una tarea delicada dadas las ambiciones diplomáticas y comerciales de Pekín y la división que reina en el viejo continente.
Bajo un sol de primavera, los dos líderes se reunieron con sus esposas Peng Liyuan y Brigitte Macron frente a la tumba del Soldado Desconocido, poco más de un siglo después del fin de la Primera Guerra Mundial en la cual participaron 140.000 trabajadores chinos en Francia.
Luego Xi Jinping tenía prevista una reunión con Macron para tratar varios asuntos internacionales y bilaterales en materia nuclear, aeroespacial y energías renovables, que incluye la firma de acuerdos de cooperación y contratos comerciales de unos 'miles de millones de euros', según la presidencia francesa.
En ese marco figura el anuncio del megaencargo de 300 aviones Airbus, 290 A320 de medio alcance y 10 A350 intercontinentales.
Ambos mandatarios hablarán ante la prensa el lunes en la noche antes de una cena de Estado con 200 invitados, entre ellos los actores Alain Delon y Gong Li.
Al margen de los eventos oficiales, varios centenares de representantes de las minorías 'reprimidas' en China manifestaron en París con la esperanza de que se incluya el tema de los derechos humanos en la agenda de la visita del presidente Xi a Francia.
'Justicia por uigures', 'detengan el genocidio', decían algunas pancartas. 'Queremos que Emmanuel Macron evoque las violaciones de derechos humanos en China. No hay nada de ésto en la agenda', lamentó en declaraciones a la AFP una joven tibetana en una protesta de unas 500 personas en la plaza de los Derechos Humanos cerca de la Torre Eiffel.
- Con Merkel y Juncker -
El martes Macron y Xi tendrán un nuevo encuentro ampliado a la canciller alemana Angela Merkel y el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, para explorar 'puntos de convergencia' antes de una cumbre UE-China el mes próximo en Bruselas.
En una entrevista con el periódico Nice-Matin, de la ciudad de Niza en el sur de Francia adonde Xi y Macron cenaron el domingo, el presidente francés aseguró que la 'relación entre los dos países es uno de los elementos de recomposición de un nuevo multilateralismo (...) que nos permitirá establecer una definición conjunta de un nuevo orden internacional'.
Antes de la cena, Xi visitó el principado de Mónaco adonde lo recibió el príncipe Alberto II.
El presidente chino llegó desde Italia en donde el gobierno italiano se convirtió en el primero de los miembros del G7 en firmar su participación en el megaproyecto de infraestructura chino 'la nueva ruta de la seda'.
Esta apertura italiana a las inversiones chinas, inquieta a varios líderes europeos, críticos hacia el gobierno populista italiano y temerosos de la creciente influencia de China.
El comisario europeo alemán, Gunther Oettinger, dijo ver 'con inquietud de que en Italia y en otros países europeos, las infraestructuras de importancia estratégica como las redes de electricidad, las líneas de ferrocarriles o los puertos ya no estén controlados por europeos sino por chinos'.
- Desconfianza -
'Europa necesita rápido una estrategia para China', agregó.
'En un mundo con gigantes como China, Rusia o un socio como Estados Unidos, sólo podemos sobrevivir si nos unimos como Unión Europea', declaró al periódico alemán Welt am Sonntag el ministro de Relaciones Exteriores alemán, Heiko Maas.
'Si algunos países creen poder hacer buenos negocios con los chinos, se sorprenderán cuando se den cuenta que terminaron siendo dependientes', dijo, señalando que 'China no es una democracia liberal'.
La UE desconfía del gigante chino de las telecomunicaciones Huawei, que está bien posicionado para convertirse en un actor dominante de la telefonía móvil de quinta generación, 5G, a nivel global.
Estados Unidos presiona a sus aliados europeos para que no utilicen la tecnología de Huawei sosteniendo que constituye un riesgo a la seguridad, sospechan que Pekín podría espiar las comunicaciones.
China tiene 'un proyecto político de fractura de la Unión Europea', denunció el lunes el jefe de la lista ecologista francesa en las elecciones europeas, Yannick Jadot. 'China nunca habla con la Unión Europea', sino 'con los líderes europeos' individualmente 'y compra sistemáticamente la complacencia de los líderes europeos', apuntó.