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El PRI, a un paso de volver al poder en México

  • Actualizado: 30 junio 2012 /

Los mexicanos salen a ejercer el sufragio mañana. Enrique Peña Nieto es amplio favorito.

Los mexicanos votan mañana en unos comicios en los que los sondeos dan casi por seguro el triunfo del Partido Revolucionario Institucional, pero con la incógnita de si gobernará con las costumbres del pasado o si conducirá al país con una nueva visión de modernidad.

Enrique Peña Nieto, candidato del PRI (Partido Revolucionario Institucional), el grupo que acaparó el poder en México desde 1929 hasta el año 2000, es el favorito de todas las encuestas, con un margen suficiente sobre sus seguidores que deja pocas dudas.

El candidato del PRI, de 45 años, ha logrado imponerse ante sus rivales gracias a una fuerte campaña mediática y a los errores de sus principales oponentes, el izquierdista Andrés Manuel López Obrador y la aspirante del partido gobernante, Josefina Vázquez Mota.

López Obrador, segundo en las encuestas, ha intentado en la campaña convertirse en defensor de una “república amorosa” para contrarrestar el perfil hosco que arrastraba desde hace seis años, pero, según los analistas, no ha logrado su propósito y parece haber llevado a la izquierda a su techo electoral.

El aspirante izquierdista (58) es el único que repite en una elección presidencial. En 2006 se quedó a 0.56 puntos porcentuales de Felipe Calderón, una derrota que nunca reconoció y que intentó contrarrestar sacando a la gente a la calle.

“Su apuesta de 2006 fue un disparate y un suicidio. Creo que en buena medida le pasará factura”, le comentó a Efe el investigador para América Latina del Real Instituto Elcano, Carlos Malamud. López Obrador, dirigente del PRD (Partido de la Revolución Democrática), reflotó esas posiciones de hace seis años cuando a mitad de campaña advirtió sobre la posibilidad de que se genere un fraude, algo que causó sorpresa y fue utilizado por sus rivales para resucitar la imagen amenazadora del pasado.

Peña Nieto, el favorito, debe parte de su avance en las preferencias electorales a los errores de campaña de Vázquez Mota, del conservador PAN (Partido Acción Nacional).

Vázquez Mota (51) tuvo que cambiar de equipo poco después de comenzar la campaña electoral, a fines de marzo pasado, pero sobre todo ha tenido que nadar entre dos aguas para superar el desgaste en el poder del PAN y las asignaturas pendientes que deja Calderón.

Perspectiva

Pero la gran incógnita en México es si el PRI, si gana en los comicios, gobernará con las costumbres del pasado, especialmente la concentración del poder y la corrupción, o si conducirá al país con la idea de modernidad que Peña Nieto ha querido vender durante la campaña. “Los vicios del PRI tienen origen en su falta de autocrítica y de un compromiso creíble con la legalidad y la honestidad”, sostiene uno de los principales analistas políticos mexicanos, Enrique Krauze.

“Décadas de haberlo visto actuar en sentido opuesto refuerzan el escepticismo”, agrega Krauze. Durante la campaña electoral, Peña Nieto ha evitado en lo posible entrar en el dilema del viejo o nuevo PRI.

“La gran mayoría de los que participamos en el partido representamos una nueva generación, una generación que creció en la cultura democrática”, afirmó. Pero sus rivales no le creen e incluso Vázquez Mota piensa que el PRI de hoy “es más peligroso” que cuando perdió el poder. “Hoy tiene más recursos económicos en los gobiernos locales. Ese poder presidencialista que antes se tenía se trasladó a los gobiernos locales y hemos visto la impunidad con que operan”, afirmó la aspirante del PAN. Según Malamud, “el temor al triunfo del PRI ha sido un poco exagerado”.Igual piensa el expresidente Vicente Fox, del PAN, quien se ganó duras críticas de su partido por afirmar, entre otras cosas, que es “una farsa” pensar que si el PRI vuelve al poder regresará el autoritarismo, una de las principales tesis de Vázquez Mota.

Retos

Polémicas como esta han desplazado a una campaña electoral que ha carecido de ideas fuertes para resolver los principales problemas del país, especialmente la violencia generada por el crimen organizado, que ha dejado decenas de miles de muertos desde 2006. Acerca de este tema no ha habido grandes alternativas: reforzar los cuerpos policiales para sacar al Ejército de las calles gradualmente, el mismo esquema de la parte medular de la estrategia que ha sostenido Calderón desde que hace casi seis años llegó al poder.

A falta de ideas nuevas, la campaña ha sido sorprendida por la irrupción de un movimiento juvenil que ha tomado las calles para protestar contra Peña Nieto, contra el aparato televisivo del que se beneficia y como señal del hastío por la política rancia. Ese movimiento, conocido como YoSoy132, que aportó aire fresco a la campaña, y la masiva atención que despertaron los dos debates presidenciales que hubo, hacen pensar que, además del candidato vencedor, el primero de julio habrá ganado alguien más.

Los candidatos a la presidencia de México firmaron el jueves un pacto de civilidad en el que se comprometen a respetar el resultado de los comicios y hacen un enérgico rechazo a la violencia en un país golpeado por el narcotráfico. Este pacto “es un llamado a la tolerancia, un mensaje claro en contra de toda la violencia, sobre todo de la violencia física y material, una convocatoria a dirimir nuestras legítimas diferencias en paz”, dijo Leonardo Valdés, presidente del Instituto, al presidir la firma del documento.

Seguridad

El Ejército mexicano hará patrullajes en algunas localidades durante la jornada electoral de mañana para garantizar la seguridad en los comicios, informó ayer el Ministerio de Defensa. “El Ejército mexicano llevará a cabo patrullajes en distintas comunidades del territorio nacional, con el fin de que los ciudadanos puedan ejercer de manera libre y en tranquilidad su voto este primero de julio”, anunció la dependencia en un comunicado.

Esta presencia militar se sumará a la habitual protección que brinda el Ejército a los centros distritales donde se reciben las actas de las mesas de votación y a los almacenes en los que se guardan las urnas y a la escolta que brindan los soldados a la documentación electoral, agregó.

El Ejército ya está desplegado en varios estados del país como parte de una polémica estrategia lanzada por el Gobierno en diciembre de 2005 para combatir a los carteles del narcotráfico.

El jueves, el ministro de Gobernación, Alejando Poiré, había anunciado que durante la jornada electoral “en algunas localidades del país habrá presencia federal visible”, particularmente en “zonas en las cuales hay mayor presencia de la delincuencia”. México vive una ola de violencia originada por las organizaciones del crimen organizado que en lugar de reducirse se recrudeció tras el empleo del Ejército para abatirla y ha dejado más de 50 mil muertos en los últimos cinco años y medio.

México va a las elecciones más vigiladas de su historia

Las elecciones generales de mañana serán las más controladas de la historia de México, con 700 observadores internacionales, una legislación que da mayores potestades a las autoridades electorales y un sistema de cómputo más rápido y eficiente.

“Será la jornada electoral más vigilada de nuestra historia”, dijo ayer Lorenzo Córdova, consejero del IFE (Instituto Federal Electoral), un órgano autónomo.

Cerca de un millón de ciudadanos, entre funcionarios designados por el IFE y representantes de los partidos políticos, vigilarán las 143,151 mesas electorales que abrirán a las 8:00 am y cerrarán a las 6:00 pm.

El IFE dará a conocer a las 11:45 pm, hora local, un primer corte oficial sobre la base de una muestra de mesas representativas del país, aunque antes publicará en su página de Internet resultados de actas rápidamente digitalizadas, para hacer más transparente el proceso. Varios medios de comunicación están autorizados a difundir a las 8:00 pm resultados a boca de urna.
El IFE hizo un convenio con el buscador de Internet Google que permitirá seguir en un mapa interactivo los resultados de la votación casi en tiempo real desde cada una de las casillas. Un total de 696 observadores de 66 países -en su mayoría de Estados Unidos, Argentina y Venezuela- y organismos como la Organización de Estados Americanos vigilarán el proceso.

Por primera vez se aplicará la legislación electoral aprobada en 2007, que dio mayores atribuciones al IFE para atender denuncias. Esto permitirá que en caso de que se repita un resultado cerrado como el de 2006, cuando el izquierdista Andrés Manuel López Obrador perdió por 0.56% frente al presidente Felipe Calderón, se puedan abrir los paquetes de las casillas y escrutar voto por voto. Ante el impedimento legal para recontar los votos, López Obrador denunció entonces un fraude y se negó a reconocer la legitimidad de Calderón. Hace unas semanas, el candidato evocó la posibilidad de un escenario parecido, pero el jueves se comprometió a reconocer los resultados.