Orbelín Hernández Peñaloza, “El Gordo”, lugarteniente de la Familia Michoacana, fue una de los cinco civiles que murieron el viernes durante un enfrentamiento con elementos del Ejército en el municipio de Coyuca de Catalán, Guerrero.
El cuerpo del capo quedó al interior de una camioneta en la que viajaba junto a sus hijos Isacc y Lide Hernández.
En el enfrentamiento también murieron Margarito Sánchez y Alfredy Espinoza quienes, de acuerdo con las autoridades, también eran integrantes de dicho grupo criminal.
Por el lado del Ejército, fallecieron un cabo y un soldado raso, mientras que dos militares más resultaron heridos.
”El Gordo”, junto con un hombre apodado “El Borrego”, es identificado por haber encabezado la masacre de siete habitantes de la comunidad El Durazno, el 10 de diciembre de 2022, por órdenes de sus jefes José Alfredo y Jhonny Hurtado Olascoaga, alías “La Fresa” y “El Pez”.
Ese día hombres armados, que llegaron a la localidad a bordo de 20 camionetas, citaron a los pobladores en la comisaría; sin embargo, la mayoría se encontraba fuera de la comunidad. Los siete pobladores que acudieron al llamado fueron asesinados por el grupo armado, según la versión de Azucena Rosas García, comisaria de El Durazno.
En febrero de este año, Javier Hernández, hermano de “El Gordo”, aseguró en un video que había un pacto de no agresión entre los líderes de la FM con Crescencio Arreola, fundador de la policía comunitaria de Tecpan y Petatlán, pero que éste último lo rompió y por eso ocurrió la masacre.
De acuerdo con versiones de lugareños, Hernández Peñaloza habría participado en 20211 en el asesinato de Rubén Santana, defensor de los bosques.
A “El Gordo” también se le atribuye el homicidio de Juventina Villa, esposa de Santana, y de su hijo Rubén Santana Villa, de 17 años de edad, en noviembre de 2012.
