El gobernador de Texas, el republicano Greg Abbott, levantó las alarmas de la comunidad inmigrante al decir que considera impugnar una decisión de la Corte Suprema de EE.UU., de mayoría conservadora, que exige a los estados brindar educación pública gratuita a todos los niños, incluidos los indocumentados.
“Texas ya demandó hace mucho tiempo al gobierno federal por tener que incurrir en los costos del programa educativo, en un caso llamado Plyler versus Doe”, recordó el gobernador este miércoles en el programa de radio conservador The Joe Pags.
Subrayó que la Corte Suprema falló en contra del estado. “Digamos que Texas tiene que soportar esa carga”. “Creo que resucitaremos ese caso y retaremos este tema nuevamente, porque los gastos son extraordinarios y los tiempos son diferentes a cuando se emitió Plyler versus Doe hace muchas décadas”, advirtió.
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A través de ese caso, la Corte Suprema revocó en 1982 una ley estatal de Texas que negaba la financiación de la educación de niños inmigrantes indocumentados. Eliminó además el intento de un distrito escolar de Texas de cobrar una cuota de matrícula anual de 1,000 dólares para cada estudiante indocumentado para compensar la pérdida de fondos estatales.
Las declaraciones de Abbott ocurren a pocos días de la filtración de un borrador de sentencia del Supremo de EE.UU. que, de salir adelante, eliminaría la protección del derecho al aborto vigente desde 1973 y permitiría a los estados prohibir las interrupciones del embarazo.
Con una mayoría conservadora en la máxima corte, las declaraciones de Abbott preocupan a activistas. Aaron Reichlin Melnick, del Consejo de Inmigración, indicó en su cuenta de Twitter que la propuesta del republicano es “más insidiosa de lo que parece”.
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Recordó que el fallo de Plyler v. Doe “no sólo afirmó que los niños indocumentados no son de una clase baja que debería ser relegada en las sombras, sino que también es un caso fundamental” para la defensa de Decimocuarta Enmienda de la Constitución.
En 1982, una mayoría de 5 a 4 de la Corte Suprema encontró que la política de Texas violaba dicha enmienda porque los niños inmigrantes indocumentados son personas “en cualquier sentido ordinario del término”, por lo tanto, protegidas contra la discriminación a menos que se pudiera demostrar un interés estatal sustancial para justificarlo.
Desde que el presidente Joe Biden llegó al poder, Abbott ha emprendido un pulso con el mandatario por su política migratoria. Los republicanos en Texas también se cuentan entre las filas de legisladores conservadores que intentan vetar más de 800 libros en las aulas y las bibliotecas públicas que versan sobre temas relacionados con la cultura latina, entre otras minorías.
