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Donald Trump se queda solo en la Casa Blanca

  • 01 marzo 2018 /

La repentina salida de Hope Hicks, una de las consejeras más cercanas al magnate, engrosa las filas de los expulsados de la Casa Blanca.

Washington, Estados Unidos.

Sus partidarios de la primera hora salieron golpeando la puerta o fueron despedidos. Su familia, con su yerno Jared Kushner a la cabeza, está debilitada. Trece meses después de asumir el poder, Donald Trump aparece más solo y aislado que nunca.

La última renuncia en su entorno hasta la fecha, de Hope Hicks, fiel entre las fieles que supo encontrar un modo de comunicación y de trabajo con este presidente atípico e impulsivo, marca un giro.

Este alejamiento cae en un mal momento, cuando la investigación del fiscal especial Robert Mueller se hace cada vez más amenazante y refuerza la imagen de una ala oeste donde prima la improvisación y cuyos protagonistas, nunca a salvo del humor presidencial, están con la daga entre los dientes.

gabinete

Del gabinete inicial de Trump, solo quedan cuatro funcionarios en la Casa Blanca.


La lista de quienes estaban en los primeros rangos, con la mano derecha levantada, y ya no están, da vértigo: Steve Bannon (asesor estratégico), Reince Priebus (jefe de gabinete), Omarosa Manigault (consejero de relaciones públicas), Sean Spicer (portavoz), Michael Flynn (asesor de Seguridad Nacional), Rob Porter (consejero), Katie Walsh (secretaria general adjunta).

Y si bien Jared Kushner, marido de Ivanka Trump, hija mayor del presidente, todavía está presente, su futuro político es más que incierto.

El treintañero asesor con cara de niño, durante largo tiempo ensalzado por el mandatario, que afirmaba que él era el único en Washington capaz de encontrar una salida al conflicto israelo-palestino, está en el ojo de la tormenta.

Kushner acaba de ser privado del acceso a informaciones 'confidenciales' de la Casa Blanca, una decisión que de hecho le hizo perder una importante dosis de credibilidad en la escena internacional.

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Ese clima enrarecido es alimentado en primera instancia por el propio ocupante del Salón Oval, quien jamás pierde la ocasión de poner en competencia a los colaboradores y principales miembros de su administración, e incluso de criticarlos públicamente.

En el nivel más bajo en las encuestas, el septuagenario presidente, que ya tiene los ojos puestos en 2020 y acaba de nombrar un director de campaña para su 'comité de reelección', debe recuperar el aliento.

Más que nunca las miradas se orientan hacia John Kelly, general retirado que pasó más de 40 años en los Marines y que Trump nombró hace algo más de seis meses para tratar de poner la Casa Blanca en marcha.