Brasília, Brasil.
La presidenta brasileña Dilma Rousseff, debilitada por la deserción del principal aliado de la coalición de gobierno y con una popularidad en mínimos, trataba ayer de retomar la iniciativa para impedir su destitución por el Congreso.
El centrista Partido Movimiento Democrático Brasileño (PMDB) del vicepresidente Michel Temer oficializó el martes la ruptura de la alianza con el Partido de los Trabajadores (PT) de Rousseff y dio su apoyo abierto al impeachment impulsado por la oposición, que acusa a la mandataria de supuesta manipulación de las cuentas públicas.
En un acto ante beneficiarios de programas sociales de vivienda, Rousseff, de 68 años, volvió a denunciar una tentativa de “golpe de Estado” y criticó a sus adversarios por instaurar un clima “de intolerancia y odio”.
“El impeachment está inscrito en la Constitución, pero aquí estamos discutiendo un impeachment muy concreto, sin crimen de responsabilidad, y eso se llama ‘golpe’”, declaró en la ceremonia, realizada en el Palacio de Planalto en Brasilia.
Las prioridades de Rousseff para resistir a la embestida de la oposición pasan por crear una “agenda positiva” y por reconstruir una base de apoyo parlamentario para su gobierno, negociando con otros partidos los cargos que dejará vacante el PMDB.
El gobierno cuenta aún con seis ministros de esa formación centrista, quienes aún no han presentado su renuncia, pese al estruendoso anuncio de ruptura hecho la víspera por la dirección de ese partido. Según fuentes del PMDB, tendrían un plazo implícito para entregar sus cargos hasta el 12 de abril, aunque algunos se muestran reticentes a entregar sus carteras.
El PT saldrá hoy a las calles para apoyar a Rousseff.
La presidenta brasileña Dilma Rousseff, debilitada por la deserción del principal aliado de la coalición de gobierno y con una popularidad en mínimos, trataba ayer de retomar la iniciativa para impedir su destitución por el Congreso.
El centrista Partido Movimiento Democrático Brasileño (PMDB) del vicepresidente Michel Temer oficializó el martes la ruptura de la alianza con el Partido de los Trabajadores (PT) de Rousseff y dio su apoyo abierto al impeachment impulsado por la oposición, que acusa a la mandataria de supuesta manipulación de las cuentas públicas.
En un acto ante beneficiarios de programas sociales de vivienda, Rousseff, de 68 años, volvió a denunciar una tentativa de “golpe de Estado” y criticó a sus adversarios por instaurar un clima “de intolerancia y odio”.
“El impeachment está inscrito en la Constitución, pero aquí estamos discutiendo un impeachment muy concreto, sin crimen de responsabilidad, y eso se llama ‘golpe’”, declaró en la ceremonia, realizada en el Palacio de Planalto en Brasilia.
Las prioridades de Rousseff para resistir a la embestida de la oposición pasan por crear una “agenda positiva” y por reconstruir una base de apoyo parlamentario para su gobierno, negociando con otros partidos los cargos que dejará vacante el PMDB.
El gobierno cuenta aún con seis ministros de esa formación centrista, quienes aún no han presentado su renuncia, pese al estruendoso anuncio de ruptura hecho la víspera por la dirección de ese partido. Según fuentes del PMDB, tendrían un plazo implícito para entregar sus cargos hasta el 12 de abril, aunque algunos se muestran reticentes a entregar sus carteras.
El PT saldrá hoy a las calles para apoyar a Rousseff.