Dejando a un lado las supersticiones, cerca de un centenar de familias damnificadas por las intensas inundaciones en Perú utilizan el terreno de un cementerio como un albergue improvisado.
Entre criptas, mausoleos y tumbas las personas que perdieron sus casas en el poblado de Bajo Piura, región homónima, se internaron en el cementerio José de los Ángeles en el distrito de Catacaos donde utilizan las distintas instalaciones destinadas a los difuntos como refugio.
El campo santo se encuentra en una de las pocas zonas altas del distrito manteniéndolos a salvo del agua; sin embargo, los damnificados sufren todas las dificultades que supone el vivir sin la seguridad de un techo.
La región de Piura está al borde de una emergencia sanitaria.
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El mayor problema que enfrentan es el riego de contraer enfermedades transmitidas por picaduras de mosquitos ya que se encuentran completamente a la intemperie.
El agotamiento del agua potable y la escacez de alimentos tambien amenaza a estas personas que lo han perdido todo en las inundaciones producto del fenónmeno denominado 'Niño costero'.
Las inundaciones por las intensas lluvias han dejado 27.981 damnificados en la región Piura, una de las más afectadas, de los cuales 9.844 son menores de cero a 17 años, y un total de 287.336 afectados en esta zona del país.
La emergencia climática por el fenómeno del Niño costero, que ha dejado 101 muertos en Perú, ha causado además el colapso de 3.312 casas en Piura y ha causado daños en 1.700 escuelas y 600 centros de salud.