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Continúan las fiestas de San Fermín en Pamplona

  • Actualizado: 12 julio 2013 /

Dos personas resultaron heridas en el quinto encierro.

Cientos de mozos volvieron a poner a prueba sus nervios en el quinto encierro de las fiestas de San Fermín en Pamplona, Navarra, en el que dos personas resultaron heridas.

Un joven español (20) y un estadounidense (42) sufrieron traumatismos por caídas durante la carrera y tuvieron que ser trasladados a un hospital, informó un portavoz de los servicios médicos regionales. Otra docena de personas fueron atendidas en el lugar por magulladuras y contusiones.

A las ocho en punto, como cada mañana desde el domingo en que tuvo lugar el primer encierro, sonó el cohete que marcaba el inicio de la carrera abriendo las puertas de los corrales, ante las cuales se habían concentrado los mozos pidiendo a San Fermín con un canto que “nos guíe en el encierro dándonos su bendición”.

La manada con los seis toros y los bueyes “mansos” que los acompañan recorrieron en grupo, hasta casi el final de la carrera,las estrechas calles pamplonesas abriéndose camino en un mar de corredores, la mayoría de ellos vestidos de blanco y con el tradicional pañuelo rojo al cuello.

Algunos de los mozos corrieron muy cerca de los astados, incluso llegando a tocarlos y mirando nerviosamente a los cuernos de las reses.
Testimonio

“He ido con miedo porque los toros corrían mucho y es complicado ponerse delante de las astas”, aseguró el joven Jaime Silvestre (26), que vino de Castellón (este) para participar en las fiestas por primera vez en su vida.

Los toros, de la ganadería de Torrestrella, completaron los 848.6 metros del recorrido entre los corrales y la plaza de toros de Pamplona en 2 minutos y 47 segundos. La manada se mantuvo compacta y junta durante casi toda la carrera hasta casi llegar al callejón que da entrada a la plaza cuando uno de los toros se quedó rezagado y aislado, causando pánico entre los corredores.

El toro se paró y giró buscando su camino hasta que algunos mozos llamaron su atención para volver a dirigirlo a la plaza. Los toros que se quedan aislados pueden ser peligrosos porque pueden desorientarse y embestir.

Desde 1911, un total de 15 personas han muerto en los encierros de San Fermín. AFP