Tal como anticipaban los expertos del Vaticano, la primera votación del cónclave concluyó este miércoles sin acuerdo entre los cardenales, dejando ver una densa columna de humo negro que se elevó desde la chimenea de la Capilla Sixtina, indicando al mundo que todavía no hay un nuevo Papa.
En total, 133 cardenales electores, procedentes de todos los continentes, se encuentran reunidos a puerta cerrada desde este martes por la tarde para elegir al sucesor de Francisco.
La primera jornada del cónclave suele tener un carácter más simbólico que decisivo. Tradicionalmente, esta primera votación sirve para tomar el pulso de las fuerzas dentro del colegio cardenalicio y comenzar a perfilar los nombres con mayores apoyos. La elección del nuevo Pontífice exige una mayoría de dos tercios.
En la Plaza de San Pedro, miles de fieles y turistas observaron expectantes la chimenea, muchos con teléfonos móviles en mano, preparados para capturar la señal que desde hace siglos comunica al mundo una de las decisiones más trascendentales de la Iglesia Católica.
Los cardenales retomarán las votaciones mañana jueves, con dos rondas por la mañana y dos por la tarde. De surgir humo blanco tras alguna de estas sesiones, significará que la Iglesia ya tiene nuevo pastor. De lo contrario, el mundo seguirá esperando.