17/04/2024
02:40 PM

Comunidades mesoamericanas luchan por bosques afectados por el narcotráfico

El pueblo garífuna Vallecito, en Honduras, ha confrontado a los traficantes a través de protestas públicas y reclamos judiciales.

San José, Costa Rica

Varias comunidades indígenas de Mesoamérica se unieron para luchar contra el crimen organizado que está dañando sus bosques y territorios con el fin de abrir nuevas rutas para el tráfico de drogas, informaron hoy líderes de estas poblaciones.

Investigadores, líderes indígenas y organizaciones comunitarias expusieron en Costa Rica, en el marco del IV Congreso Mesoamericano de Áreas Protegidas que inició hoy, sus experiencias en la defensa de sus derechos y las estrategias para contrarrestar las acciones ilegales dentro de sus territorios.

Según investigadores, en los últimos cinco años las bandas del crimen organizado han abierto nuevas rutas en un corredor que inicia en el Parque Nacional Darién, en Panamá, y que cruza Centroamérica hasta llegar a la frontera que separa a México de Texas, Estados Unidos.

'Los traficantes hacen sus pistas de aterrizajes y convierten el bosque en un potrero. Además como ellos ganan bastante dinero en mover las drogas, deben limpiar sus ingresos sucios y lo hacen con otros negocios como actividades agrícolas, ganaderas y la industria maderera', dijo a Efe la estadounidense Kendra McSweeney, autora de un estudio sobre la deforestación asociada al narcotráfico y publicado en la revista Science en enero pasado.

La experta añadió que usando imágenes de satélite se ha podido ubicar la deforestación en distintas zonas de la región, sin embargo, comentó que dar un dato preciso sobre las hectáreas dañadas sería inoportuno porque se debe profundizar en las investigaciones.

En la búsqueda de una solución las comunidades han tenido que tomar medidas de protección a los derechos sobre la tierra, los bosques y sus recursos naturales.

'Hay una solución que viene siendo la gobernanza comunitaria, donde la gente tiene mayor control de los territorios. El sistema que ahora tenemos es que existen organizaciones comunitarias con el control de las áreas y vigilancia. Es una manera de prevención', explicó el líder de la Asociación de Comunidades Forestales de Petén, en el norte de Guatemala, Marcedonio Cortave.

Un ejemplo de estas comunidades es el pueblo garífuna Vallecito, en Honduras, que ha confrontado a los traficantes a través de protestas públicas y reclamos judiciales, que les ha permitido recuperar su tierra a través de medios pacíficos.

Así como estas comunidades hay otras en Panamá, México y El Salvador, que trabajan en un enfoque global al problema de la seguridad y además le aseguran a los jóvenes medios para ganarse la vida.

Según manifestó a Efe el investigador del Programa Salvadoreño en Medio Ambiente y Desarrollo (Prisma), Andrew Davis, hay tres maneras para hacer frente al crimen organizado.

El enfrentamiento directo, mediante el cual las comunidades protestan para tomar su territorio utilizando armas; la prevención por medio de un buen manejo forestal, y las intervenciones comunitarias, donde reciben ayuda de los gobiernos, muchas veces es mínima.

'Definitivamente hay cooperación entre los pueblos indígenas en temas de fortalecer el manejo forestal comunitario y trabajar en conjunto', aseveró Davis.

Los expertos dijeron que los rastros de violencia y usurpación son notorios en grandes extensiones de bosque en Centroamérica y México, por lo que es importante ejecutar lo más pronto posible las estrategias para resistir el impacto del narcotráfico, causante de la deforestación y la invasión de tierras de pueblos indígenas.

as comunidades indígenas de Mesoamérica se unieron para luchar contra el crimen organizado que está dañando sus bosques y territorios con el fin de abrir nuevas rutas para el tráfico de drogas, informaron hoy líderes de estas poblaciones.

Investigadores, líderes indígenas y organizaciones comunitarias expusieron en Costa Rica, en el marco del IV Congreso Mesoamericano de Áreas Protegidas que inició hoy, sus experiencias en la defensa de sus derechos y las estrategias para contrarrestar las acciones ilegales dentro de sus territorios.

Según investigadores, en los últimos cinco años las bandas del crimen organizado han abierto nuevas rutas en un corredor que inicia en el Parque Nacional Darién, en Panamá, y que cruza Centroamérica hasta llegar a la frontera que separa a México de Texas, Estados Unidos.

'Los traficantes hacen sus pistas de aterrizajes y convierten el bosque en un potrero. Además como ellos ganan bastante dinero en mover las drogas, deben limpiar sus ingresos sucios y lo hacen con otros negocios como actividades agrícolas, ganaderas y la industria maderera', dijo a Efe la estadounidense Kendra McSweeney, autora de un estudio sobre la deforestación asociada al narcotráfico y publicado en la revista Science en enero pasado.

La experta añadió que usando imágenes de satélite se ha podido ubicar la deforestación en distintas zonas de la región, sin embargo, comentó que dar un dato preciso sobre las hectáreas dañadas sería inoportuno porque se debe profundizar en las investigaciones.

En la búsqueda de una solución las comunidades han tenido que tomar medidas de protección a los derechos sobre la tierra, los bosques y sus recursos naturales.

'Hay una solución que viene siendo la gobernanza comunitaria, donde la gente tiene mayor control de los territorios. El sistema que ahora tenemos es que existen organizaciones comunitarias con el control de las áreas y vigilancia. Es una manera de prevención', explicó el líder de la Asociación de Comunidades Forestales de Petén, en el norte de Guatemala, Marcedonio Cortave.

Un ejemplo de estas comunidades es el pueblo garífuna Vallecito, en Honduras, que ha confrontado a los traficantes a través de protestas públicas y reclamos judiciales, que les ha permitido recuperar su tierra a través de medios pacíficos.

Así como estas comunidades hay otras en Panamá, México y El Salvador, que trabajan en un enfoque global al problema de la seguridad y además le aseguran a los jóvenes medios para ganarse la vida.

Según manifestó a Efe el investigador del Programa Salvadoreño en Medio Ambiente y Desarrollo (Prisma), Andrew Davis, hay tres maneras para hacer frente al crimen organizado.

El enfrentamiento directo, mediante el cual las comunidades protestan para tomar su territorio utilizando armas; la prevención por medio de un buen manejo forestal, y las intervenciones comunitarias, donde reciben ayuda de los gobiernos, muchas veces es mínima.

'Definitivamente hay cooperación entre los pueblos indígenas en temas de fortalecer el manejo forestal comunitario y trabajar en conjunto', aseveró Davis.

Los expertos dijeron que los rastros de violencia y usurpación son notorios en grandes extensiones de bosque en Centroamérica y México, por lo que es importante ejecutar lo más pronto posible las estrategias para resistir el impacto del narcotráfico, causante de la deforestación y la invasión de tierras de pueblos indígenas.