Roma. El exprimer ministro y magnate de las comunicaciones Silvio Berlusconi intentó ayer in extremis evitar ser expulsado para siempre del Parlamento, un final humillante para el líder indiscutible de la derecha italiana.
“Tenemos documentos que nos permiten pedir la revisión del caso ante la Corte de apelaciones”, aseguró Il Cavaliere, quien se someterá mañana a un voto en el Senado para su expulsión del parlamento.
“Les pido que voten con conciencia, no tanto por mí sino por respeto a la democracia”, solicitó Berlusconi directamente a sus adversarios políticos del Partido Democrático (izquierda) y del Movimiento Cinco Estrellas, en una conferencia de prensa celebrada dos días antes de la histórica votación.
El pleno del Senado deberá votar mañana el retiro del escaño a Berlusconi tras la condena definitiva a cuatro años de prisión por fraude fiscal en el caso Mediaset, una sanción prevista por una ley del 2012.
El político y empresario sostiene que cuenta con 12 testimonios, entre ellos siete “completamente nuevos”, que le permitirán pedir la revisión del caso y probar que es inocente.
Con la voz cansada y un tono menos agresivo del empleado en los últimos días, el magnate invitó a sus adversarios a “no asumir esa responsabilidad, un voto del que podrían avergonzarse ante los propios hijos, los electores y todos los italianos”, dijo.
Defensa
“Soy inocente. Para mí se trata de un golpe de Estado fraguado por la izquierda, no tengo otras palabras para definirlo”, declaró Berlusconi ayer en una entrevista radial, pese al llamado del presidente de la República para que respete las decisiones de las más importantes instituciones del país.
El pasado 1 de agosto la Corte de Casación condenó tras un largo proceso al multimillonario político a una pena de cárcel, de los cuales tres años fueron amnistiados.
El magnate, de 77 años, hace frente a uno de los momentos más difíciles de sus 20 años de carrera política, marcada por su enorme popularidad y los escándalos sexuales y judiciales. AFP