Benedicto XVI ordenó ayer a cinco obispos, entre ellos el español Celso Morga Iruzubieta, secretario de la Congregación para el Clero, en una ceremonia en la que denunció que el mundo da la espalda a Dios y considera la fe cosa del pasado.
También ordenó prelados al chino Savio Hon Tai-Fai, secretario de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos; y a los italianos Marcello Bartolucci, secretario de la Congregación para la Causa de los Santos, y Antonio Guido Filipazzi, nuncio apostólico.
La ordenación se celebró en la basílica de San Pedro del Vaticano durante una misa solemne, en cuya homilía el Papa recordó del evangelio de Lucas que “la mies es mucha, pero los obreros pocos” y dijo a los cuatro nuevos obispos que ha llegado “la hora de la misión”.
Benedicto XVI manifestó que el trabajo que les encarga el Señor es “llevar a los hombres la luz de la verdad, librarlos de la pobreza de verdad, que es la verdadera tristeza y la verdadera pobreza del hombre”. “La mies es mucha también hoy. Aunque pueda parecer que en grandes partes del mundo los hombres de hoy den la espaldas a Dios y consideren la fe una cosa del pasado, existe todavía el anhelo de que finalmente sea establecida la justicia, el amor y la paz y que la pobreza y sufrimiento sean superados, que los hombres encuentren la alegría”, afirmó.
El papa Ratzinger agregó que trabajar en el campo del Señor es en estos momentos “urgente, ya que en estas horas nos damos cuenta de forma dolorosa de las palabras del Señor de que son pocos los obreros”.
El Pontífice añadió que la Iglesia por sí misma no puede enviar obreros a la mieses del Señor, sino que sólo Dios es el que puede hacerlo, en referencia a las vocaciones. “Esto no es una cuestión de ser mánager o de nuestra capacidad organizativa”, señaló el papa, el que agregó que la Iglesia lo que puede hacer es “cooperar” para que lleguen esos obreros. Efe