25/04/2024
12:30 PM

Un año después de la Caravana, 'México es ahora un gran muro”

  • 19 octubre 2019 /



A exigencia de EUA se advirtió un endurecimiento en la política migratoria de México y el Triángulo Norte México frenó el último intento de una caravana el domingo pasado.

    MÉXICO.

    Hace un año, miles de migrantes centroamericanos llegaron a México en caravana con la vista puesta en Estados Unidos, en momentos en que el presidente Donald Trump se preparaba para las cruciales elecciones de mitad de mandato en ese país.

    Su llegada a la frontera entre México y Guatemala el 19 de octubre de 2018 era solo un presagio de lo que vendría: desafiaron a los policías enviados para detenerlos, algunos entraron forzadamente al país y otros inundaron el puente migratorio hasta que las autoridades cedieron y los dejaron pasar.

    3,200
    indocumentados rompieron el cerco fronterizo entre Guatemala y México el 19 de octubre de 2018
    Huyendo de la pobreza y la violencia de las pandillas en sus países, viajaron juntos con la esperanza de evitar los peligros del viaje, que incluyen bandas criminales que usualmente extorsionan, secuestran y asesinan migrantes.

    Su imagen impactó al mundo: cargaban sus pocas pertenencias en la espalda y sostenían a sus hijos contra el pecho o de la mano. En ocasiones lograban subirse a vehículos para avanzar en el camino, pero usualmente caminaban en columnas de cientos de personas, algunos solo calzando sandalias.

    Lizeth García, migrante hondureña de 23 años, dice que tiene sentimientos encontrados cuando mira el camino que recorrió junto a su esposo Mauricio y su hijo, que entonces tenía un año.

    2,000
    migrantes que iban en caravana el domingo pasado fueron dispersados por las autoridades de México

    “La gente nos ayudó mucho, en Guatemala, en México. Yo pedía para la comida de mi bebé, para que comiéramos, y la gente me apoyaba un poquito, siempre me daba”, dice García a la AFP desde Norfolk, Virginia, adonde trabaja como mucama mientras su solicitud de asilo está en la Corte. Pero también hay malos recuerdos. “Sufrimos mucho en el camino. Dormíamos en la calle, duró mucho tiempo”, dice.

    Cuando llegaron a la frontera con Estados Unidos su hijo tenía neumonía y vomitaba sangre, por lo que fue hospitalizado. “En el hospital de Tijuana casi se me muere”, recuerda.

    Ahora, ella y su esposo esperan a su segundo hijo. Si todo sale según lo planeado, nacerá como ciudadano estadounidense.

    “Invasión” migrante. Trump convirtió la caravana en un tema de campaña de las elecciones de noviembre de 2018. Y alentó a su base conservadora con la retórica que le ayudó a ser electo en 2016. Envió casi seis mil soldados a la frontera con México, calificó a la caravana como “invasión” y alertó que estaba llena de “criminales” y “pandilleros”. No era la primera caravana de su tipo. Los activistas las organizaban al menos desde 2010 para llamar la atención sobre la lucha de los migrantes. Pero fue la más grande, pues alcanzó hasta siete mil personas, según la ONU. El grupo inspiró a otras caravanas y por momentos pareció que cambiaría la cara de la migración en la región. De cierta forma lo hizo, pero no como mucha gente esperaba.

    “No se generó un nuevo patrón de migración como muchos anticipaban”, dice Leticia Calderón, especialista de migración del centro de estudios Instituto Mora. “Realmente no se generó un movimiento que haya modificado sustancialmente la experiencia”.

    México es el muro. Lo que ha sucedido, en su lugar, es un endurecimiento en la política migratoria de todos los países involucrados.

    Trump logró que México restringiera dramáticamente el paso de migrantes centroamericanos por su territorio; aunque al momento de la caravana, el país parecía suavizar su política.

    El entonces presidente electo Andrés Manuel López Obrador -un izquierdista que había ganado con holgura las elecciones en julio de ese año- hablaba de dar oportunidades a los migrantes y salvaguardar sus derechos.

    Pero Trump amenazó en mayo de este año con imponer aranceles a las exportaciones mexicanas si el Gobierno azteca no frenaba la migración.

    Al temer una crisis económica, López Obrador cedió. Su Gobierno alcanzó un acuerdo para evitar los aranceles que implicó el despliegue de seis mil soldados de la recién creada Guardia Nacional en la frontera sur. Después, la cifra aumentó a 12,000 en el sur y 15,000 en el norte.

    México también aceptó a 50,000 personas que esperan que sus casos de asilo sean resueltos en Estados Unidos.

    En una señal de cuánto han cambiado las cosas, a inicios de este mes, las autoridades mexicanas rápidamente frenaron una nueva caravana de unos dos mil migrantes a menos de 50 kilómetros de donde había comenzado.

    “México se convirtió en un gran muro”, dice Rubén Hernández-León, sociólogo y experto en migración de la Universidad de California en Los Ángeles (Ucla). Al usar la ayuda estadounidense como arma de negociación, Trump también alcanzó acuerdos con El Salvador, Guatemala y Honduras, que les obligan a aceptar solicitantes de asilo de otros países que entren en sus territorios. Esas políticas hacen poco probable -por ahora- que haya otra caravana como la que salió el 13 de octubre de 2018 de San Pedro Sula, Honduras, y recorrió más de 4,300 kilómetros hasta la frontera estadounidense.

    3 claves de la crisis: El presidente Donald Trump amenazó a los Gobiernos de México y del Triángulo Norte con la suspensión de ayudas y aranceles

    1

    en Honduras

    Según estimaciones de organizaciones del país, más de 20,000 hondureños emigraron en caravanas desde octubre del año pasado, en las primeras salieron hasta 11,000. Entre diciembre de 2018 y enero de 2019, unos dos mil hondureños partieron en caravanas.

    2

    en guatemala

    Cuando los miles de hondureños lograron pasar la frontera en el país chapín, miles de guatemaltecos se les unieron y hasta unos cuantos centenares de salvadoreños con el fin de llegar a Estados Unidos. En la frontera sur de México se vivieron días de tensión por la llegada del grupo.

    3

    otros países

    Cientos de migrantes de varios países, entre ellos haitianos, cubanos y africanos, partieron en abril pasado desde Panamá hacia Estados Unidos, lo que incrementó la crisis migratoria, cuando miles de centroamericanos estaban bloquedos en la frontera con México.