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El ataque al foro de Sao Paulo: violentas protestas, un plan siniestro

  • 30 noviembre 2019 /

Los líderes de la derecha culpan a los mandatarios izquierdistas, agrupados en el foro de Sao Paulo, de la violencia e inestabilidad política en Sudamérica.

    Bogotá.

    La ola de violentas protestas que han generado crisis e inestabilidad política en varios países de América del Sur, incluyendo a Chile, Ecuador y Colombia, forman parte de un siniestro plan para frenar el avance del “neoliberalismo” en la región, denunció el expresidente colombiano Álvaro Uribe.

    El ahora senador afirmó que las violentas protestas en Colombia, así como las manifestaciones en Chile y Ecuador responden a una “estrategia del Foro de Sao Paulo”, que agrupa a organizaciones de izquierda, para “desestabilizar” la democracia en la región.

    Regreso de Kirchner.

    En la misma línea, el mandatario brasileño Jair Bolsonaro manifestó que las protestas que ocurren en esos países sudamericanos son lideradas por el Foro de Sao Paulo y movimientos de izquierda que intentan reconquistar el poder. “Estamos colaborando, en la medida de lo posible, con la estabilidad democrática (en la región). Brasil es muy importante para Sudamérica”, afirmó.

    “La preocupación también existe con Chile, donde la crisis está aumentando”, agregó el presidente ultraderechista, que llegó a calificar las protestas como actos terroristas y dijo que Brasil estaba preparado para movilizar sus Fuerzas Armadas para evitar actos semejantes en el país.

    Bolsonaro fue más allá al afirmar que el regreso al poder de Cristina Kirchner como vicepresidenta de Argentina junto al presidente electo Alberto Fernández representaba la vuelta al Foro de Sao Paulo del gobierno de Argentina.

    Más discreto fue el mandatario chileno, Sebastián Piñera, al afirmar que su país está “en guerra contra un enemigo poderoso”, tras la muerte de unas 23 personas, en violentas protestas que están fuera de control, sin mencionar directamente a los líderes de la organización de izquierda.

    En tanto, el presidente ecuatoriano Lenín Moreno culpó, sin ofrecer pruebas, a Nicolás Maduro por las violentas protestas que asolaron ese país en octubre pasado.

    Moreno destacó el surgimiento de una violencia inusitada con una metodología que no parecía local, sino más bien impuesta. El mismo escenario se repetiría luego en Chile y Colombia.

    El mandatario venezolano respondió a esas acusaciones con un sugestivo mensaje. “Al Foro de Sao Paulo le puedo decir, desde Venezuela, estamos cumpliendo el plan, va como lo hicimos, va perfecto, ustedes me entienden...

    Todas las metas que nos hemos propuesto en el Foro las estamos cumpliendo una por una”, afirmó Maduro.

    En el mismo discurso indicó que “el Foro de Sao Paulo ha salido revitalizado”, y que deben “seguir articulando los partidos políticos progresistas, revolucionarios y de izquierda” de toda América Latina con los “movimientos sociales”.

    “Esa fue la estrategia que trazamos y vamos bien, vamos mejor de lo que pensábamos”, sentenció. Luego, el líder chavista Diosdado Cabello advirtió que las inestabilidad política en la región “es apenas la brisita, lo que viene ahora es un huracán”.

    Foro de izquierdas.

    Fundado en 1990 en Sao Paulo por iniciativa del fallecido presidente cubano Fidel Castro y su aliado brasileño Luiz Inácio Lula Da Silva, esta agrupación de líderes y movimientos de izquierda buscaba extender el socialismo a Occidente tras la caída del muro de Berlín.

    “En 1990 la Unión Soviética todavía existía, pero Fidel estaba preocupado por la ofensiva neoliberal en la región”, dijo el historiador brasileño Valter Pomar a la cadena BBC.

    Dirigido en un principio desde La Habana por Fidel bajo la sombra del Partido de los Trabajadores (PT), el foro buscaba agrupar a los líderes de la izquierda en la región para discutir planes para América Latina. Iniciaron con 60 partidos y agrupaciones y actualmente cuenta con 120 líderes y organizaciones de 25 países, entre los que destacan Venezuela y Cuba.

    Su objetivo es luchar contra “el imperialismo” y propulsar el cambio hacia el denominado socialismo del siglo XXI.

    Sin embargo, rápidamente se ganaron el título de enemigos tras sumar a sus filas a organizaciones como las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), el Ejército de Liberación Nacional (ELN) de Colombia y el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) de Chile, que han participado en algunos de los foros anuales.

    “No creo que ni en Estados Unidos exista una organización que reúna 200 partidos políticos y más bandas de narcotraficantes, secuestradores, etc. etc. Es un negocio monstruoso”, declaró a la BBC el escritor brasileño Olavo de Carvalho, uno de los mentores de Bolsonaro. Más directo fue el canciller brasileño, Ernesto Araujo, quien aseguró que el Foro de Sao Paulo estaba usando “violencia, manipulación, crimen, corrupción y fraude” para que los líderes izquierdistas intentaran recuperar el poder en la región.

    Y es que en el mayor apogeo del grupo en 2008 y 2009, el foro llegó a contar entre sus miembros a los presidentes de Brasil, Argentina, Bolivia, Venezuela y Ecuador.

    Sin embargo, tras la caída de Evo Morales, uno de sus principales líderes y el acorralamiento de Nicolás Maduro queda en entredicho la verdadera “influencia” del Foro Castrista en América Latina.