La estación migratoria de Tapachula, en el sur de México y fronteriza con Guatemala, era escenario este viernes de protestas de centroamericanos recluidos que exigen irse del lugar tras la fuga de otros cientos de migrantes.
Encabezados por cubanos y en medio de un motín, unos 1.300 migrantes se escaparon la noche del jueves tras derribar las rejas de la estación, pero momentos después unos 700 regresaron, según autoridades migratorias.
El presidente Andrés Manuel López Obrador, quien rechazó abundar sobre el tema en su conferencia matutina de este viernes, sostuvo que serían unos 500 los que permanecen fugados.
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Las autoridades no han brindado mayor información sobre el paradero de los fugados. La AFP observó cómo en un retén carretero en las afueras de Tapachula policías federales revisaban autobuses de pasajeros, de los que bajaron a un migrante para luego llevarlo de regreso a la estación.
Los migrantes 'empezaron a subirse a las combis (camionetas) y a esconderse, pero la mayoría se fue. Está muy tenso. Los migrantes dicen que no les dan de comer', dijo a la AFP Carlos Alcántara, vendedor de fruta en las cercanías de la estación y quien presenció la fuga.
- Deportación -
Al exterior de la estación, se escuchaba el rugir de los motores de autobuses que se preparaban para trasladar a migrantes centroamericanos listos ya para ser deportados.
La estación, con capacidad para 900 personas pero que ahora alberga a cerca de 3.200, hace las veces de cárcel; ahí generalmente son confinados los migrantes sin papeles que son capturados para luego proceder a su deportación.