Los enormes bloques de concreto, los cercos metálicos, los grandes reflectores y el resguardo policial y militar desde ayer son historia en la zona de la colonia Palmira donde está la embajada de Brasil.
Desde el pasado 21 de septiembre del año anterior, los accesos a la sede diplomática fueron bloqueados debido a la presencia del ex presidente Manuel Zelaya Rosales en el interior del inmueble.
Mel junto a un grupo de simpatizantes, se refugió en la sede diplomática en un intento de retomar desde allí al poder que perdió el 28 de junio de 2009, tras intentar derogar la Carta Magna.
Todo el personal que daba seguridad en la “zona cero” fue retirado desde el pasado miércoles en horas de la medianoche.
En horas de la mañana de ayer se retiraron con la utilización de grúas, las barricadas que fueron colocadas como obstáculos que servían para impedir el paso de los automotores y transeúntes.
De forma simultánea inició la limpieza de la calle frontal a la sede diplomática. También se borraron los mensajes que habían escrito en las paredes de las residencias vecinas los seguidores del ex presidente. Al menos ocho casas que se encuentran cerca de la embajada de Brasil en Tegucigalpa quedaron abandonadas por más de cuatro meses.
Operación policial
El subcomisionado Ramón Martínez, encargado de la logística de la operación Paz y Democracia, reportó que en el tiempo que permaneció el ex presidente en la colonia Palmira “no se presentó ningún incidente que lamentar”.
“Todo está normal y desde el miércoles en la noche empezamos a quitar los obstáculos para habilitar el paso de vehículos en esta zona”, aseguró el oficial.
Lo último que se realizó fue recoger los equipos móviles, como escaleras hidráulicas, reflectores y cuatrimotos.
Las máximas autoridades garantizan a los vecinos de la colonia Palmira que todos los días se realizarán patrullajes como parte del programa de seguridad para la población.
El general José Enrique Hernández Castro afirmó que cumplieron con el deber de proteger al ex presidente y su familia.
