La saturación de agua en el suelo que han dejado los fuertes aguaceros, y que ya reporta un incremento del 140% del promedio anual de lluvia, activó seis de las más peligrosas fallas en esta capital.
La inestabilidad de este terreno compromete al 56.88% del área urbana, es decir, 112.8 kilómetros cuadrados del área total, y que abarca 141 barrios y colonias de la ciudad.
El bombardeo de agua en el suelo capitalino a un mes de haber entrado la temporada fuerte de invierno ha dado peligrosas muestras de amenaza, develando una nueva falla que ni siquiera estaba incluida en los estudios ejecutados por la Agencia de Cooperación Internacional del Japón, Jica.
La nueva amenaza se localiza en la colonia Altos de Loarque y producto de su activación, 20 viviendas fueron destruidas.
Con este nuevo descubrimiento, ya suman 23 las fallas geológicas que mantienen sometida a la capital.
Los expertos indican que estas alteraciones del suelo causan deslizamientos y derrumbes que pueden acabar con la vida de los ciudadanos que habitan en zonas de riesgo de un momento a otro.
El caso más reciente fue el deslave que cobró la vida de la joven madre de 25 años, Joseline Valle, el pasado 2 de octubre, en la colonia Altos de Miramesí.
Julio Quiñónez, subgerente del Comité de Emergencia Municipal, Codem, informó que con las recientes lluvias se han reactivado seis de las 23 fallas que afectan la ciudad.
El funcionario indicó que por los constantes movimientos que han presentado en los últimos días, las más peligrosas son las ubicadas en las colonias Guillén, Suazo Córdova y Altosde Loarque.
A estas se suman las localizadas en al colonia La Obrera, El Dorado y la Ulloa, que han presentado desplazamientos, las
que mantienen en alerta a las autoridades del Codem.
Ante esta realidad, las autoridades locales aseguran que se encuentran gestionando los recursos necesarios para estabilizar siete de las 21 fallas identificadas en la capital.
