San Pedro Sula, Honduras.
Para Anna Acosta, máster en Matrimonio y Familia, el uso de las redes sociales y las nuevas tecnologías en general ha tenido un impacto enorme en la sociedad que sin duda ha permeado la familia.
Según la experta, el contenido de internet ejerce gran influencia sobre los hijos, pero sobre todo en los roles parentales. “Ha cambiado la manera en cómo empleamos nuestro tiempo, la convivencia diaria y nuestra relación fuera y dentro del hogar”, refiere la experta en economía, ciencias políticas y un máster en Matrimonio y Familia de la Universidad de Navarra, España.
La también catedrática y directora adjunta del Instituto de Colaboración y Educación Familiar, de la Universidad Complutense de Madrid, considera que los infantes se sumergen cada vez más en las nuevas herramientas tecnológicas, motivo por el que padres de familia deben estar alertas y preparados para las consecuencias que se pueden derivar de esta situación.
“El uso de los aparatos que nos permiten acceder a las redes sociales nunca debe ser considerado un derecho para los hijos, es una oportunidad que se gana cuando han demostrado responsabilidad y madurez en lo demás”, dice.
La edad
Acosta estima que la edad prudente para que un menor acceda a las redes sociales es a los 13 años, sin embargo, no pueden estar expuestos a cualquier servicio de red, por lo que ella recomienda aquellas que tienen sistemas de seguridad y control, algunos usan filtros y otros que, incluso, promueven valores de empatía.
Con relación a cómo afecta el uso de Facebook, Twitter o Instagram a un matrimonio, la experta aduce que estas perjudican mayormente las relaciones poco sólidas, ya que afectan la privacidad, confianza y la autoestima en la dinámica conyugal.
Para Anna Acosta, máster en Matrimonio y Familia, el uso de las redes sociales y las nuevas tecnologías en general ha tenido un impacto enorme en la sociedad que sin duda ha permeado la familia.
Según la experta, el contenido de internet ejerce gran influencia sobre los hijos, pero sobre todo en los roles parentales. “Ha cambiado la manera en cómo empleamos nuestro tiempo, la convivencia diaria y nuestra relación fuera y dentro del hogar”, refiere la experta en economía, ciencias políticas y un máster en Matrimonio y Familia de la Universidad de Navarra, España.
La también catedrática y directora adjunta del Instituto de Colaboración y Educación Familiar, de la Universidad Complutense de Madrid, considera que los infantes se sumergen cada vez más en las nuevas herramientas tecnológicas, motivo por el que padres de familia deben estar alertas y preparados para las consecuencias que se pueden derivar de esta situación.
“El uso de los aparatos que nos permiten acceder a las redes sociales nunca debe ser considerado un derecho para los hijos, es una oportunidad que se gana cuando han demostrado responsabilidad y madurez en lo demás”, dice.
La edad
Acosta estima que la edad prudente para que un menor acceda a las redes sociales es a los 13 años, sin embargo, no pueden estar expuestos a cualquier servicio de red, por lo que ella recomienda aquellas que tienen sistemas de seguridad y control, algunos usan filtros y otros que, incluso, promueven valores de empatía.
Con relación a cómo afecta el uso de Facebook, Twitter o Instagram a un matrimonio, la experta aduce que estas perjudican mayormente las relaciones poco sólidas, ya que afectan la privacidad, confianza y la autoestima en la dinámica conyugal.
