San Pedro Sula, Honduras.
Alrededor de las 3:30 am el fuego comenzó a consumir los primeros puestos de ventas. Al cabo de unos minutos, 88 de los 137 que conforman el anexo del Mercado Central, ubicado entre la tercera y cuarta avenidas, cinco y seis calles de San Pedro Sula, eran cenizas.
Las llamas redujeron a cenizas los establecimientos que en su mayoría eran de ropa, calzado, carteras y mochilas. La desesperación privó en los locatarios, quienes llegaron minutos después al lugar, pero no pudieron rescatar nada. La impotencia reinó, el llanto fue el consuelo de hombres y mujeres que contemplaban cómo el fuego acababa con sus fuentes de trabajo y quedaban en la calle.
“Son 34 años de trabajo que hoy se reducen a cenizas. Esta era mi vida, eran mis ahorros, mis sacrificios y quedamos sin nada. Es un gran pesar, no sé cómo nos vamos a recuperar de esta gran pérdida”, lamentaba entre sollozos María Concepción Contreras, dueña de un local de ropa.
Piden investigar
Al menos 60 bomberos y doce motobombas de seis estaciones del Cuerpo de Bomberos trabajaron para combatir el fuego. La tarea de los apagafuegos fue titánica, evitaron que las llamas alcanzaran otros establecimientos cercanos y en dos horas controlaron la situación. A lo largo de las calles y avenidas adyacentes al mercado, los dueños de locales y curiosos se apostaron para esperar ingresar y buscar con esperanzas en medio de los escombros restos de la mercadería.
“En menos de 15 años hemos vivido tres incendios, pero este me dejó en la calle. Es muy sospechoso lo que pasó, todos opinamos que hubo mano criminal. Esperaremos el informe del Cuerpo de Bomberos para confirmar si nuestras sospechas son ciertas”, dijo Jorge, quien por seguridad no quiso dar su apellido. La mayoría de los dueños de locales no cree en una falla del sistema eléctrico, aseguran que hace un año la Municipalidad reemplazó el sistema obsoleto por uno nuevo. “Tienen que investigar bien qué pasó, porque desde que los Bomberos supervisaron y alertaron de los riesgos, tanto la Municipalidad como nosotros apoyamos para hacer los correctivos y evitar esta tragedia y, de nuevo, el mercado se incendió”, explicó uno de los afectados.
Apoyo
Con sus rostros desencajados, los locatarios pedían apoyo. Están atribulados, con compromisos por pagar, aseguran, con familias que sostener y con el reto de empezar de cero. “Son 35 años de lucha en mi puesto de calzado, lo perdí todo. Todos quedamos en cero, solo con la esperanza que las autoridades nos apoyen para que comencemos de nuevo”, dijo René Mejía, presidente de la Asociación de Locatarios del Mercado Central.
Alberto Marín, Gerente de Servicios Públicos y Participación Comunitaria, informó que apoyarán a los locatarios y que se levantó un censo de los vendedores que perdieron su mercadería. “Hay una lista de 88 locales siniestrados de un total de 137 que estaban en el anexo del mercado, por lo que serían unas 65 familias las afectadas.
Contamos con toda la maquinaria y personal para limpiar el terreno y que los vendedores que no se vieron afectados puedan seguir trabajando sin ningún problema”, apuntó.
Alrededor de las 3:30 am el fuego comenzó a consumir los primeros puestos de ventas. Al cabo de unos minutos, 88 de los 137 que conforman el anexo del Mercado Central, ubicado entre la tercera y cuarta avenidas, cinco y seis calles de San Pedro Sula, eran cenizas.
Las llamas redujeron a cenizas los establecimientos que en su mayoría eran de ropa, calzado, carteras y mochilas. La desesperación privó en los locatarios, quienes llegaron minutos después al lugar, pero no pudieron rescatar nada. La impotencia reinó, el llanto fue el consuelo de hombres y mujeres que contemplaban cómo el fuego acababa con sus fuentes de trabajo y quedaban en la calle.
“Son 34 años de trabajo que hoy se reducen a cenizas. Esta era mi vida, eran mis ahorros, mis sacrificios y quedamos sin nada. Es un gran pesar, no sé cómo nos vamos a recuperar de esta gran pérdida”, lamentaba entre sollozos María Concepción Contreras, dueña de un local de ropa.
| Las escenas de dolor se repetían entre los propietarios de locales.
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Al menos 60 bomberos y doce motobombas de seis estaciones del Cuerpo de Bomberos trabajaron para combatir el fuego. La tarea de los apagafuegos fue titánica, evitaron que las llamas alcanzaran otros establecimientos cercanos y en dos horas controlaron la situación. A lo largo de las calles y avenidas adyacentes al mercado, los dueños de locales y curiosos se apostaron para esperar ingresar y buscar con esperanzas en medio de los escombros restos de la mercadería.
“En menos de 15 años hemos vivido tres incendios, pero este me dejó en la calle. Es muy sospechoso lo que pasó, todos opinamos que hubo mano criminal. Esperaremos el informe del Cuerpo de Bomberos para confirmar si nuestras sospechas son ciertas”, dijo Jorge, quien por seguridad no quiso dar su apellido. La mayoría de los dueños de locales no cree en una falla del sistema eléctrico, aseguran que hace un año la Municipalidad reemplazó el sistema obsoleto por uno nuevo. “Tienen que investigar bien qué pasó, porque desde que los Bomberos supervisaron y alertaron de los riesgos, tanto la Municipalidad como nosotros apoyamos para hacer los correctivos y evitar esta tragedia y, de nuevo, el mercado se incendió”, explicó uno de los afectados.
| Maquinaria y 200 empleados municipales llegaron al lugar para limpiar y remover los escombros.
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Con sus rostros desencajados, los locatarios pedían apoyo. Están atribulados, con compromisos por pagar, aseguran, con familias que sostener y con el reto de empezar de cero. “Son 35 años de lucha en mi puesto de calzado, lo perdí todo. Todos quedamos en cero, solo con la esperanza que las autoridades nos apoyen para que comencemos de nuevo”, dijo René Mejía, presidente de la Asociación de Locatarios del Mercado Central.
Alberto Marín, Gerente de Servicios Públicos y Participación Comunitaria, informó que apoyarán a los locatarios y que se levantó un censo de los vendedores que perdieron su mercadería. “Hay una lista de 88 locales siniestrados de un total de 137 que estaban en el anexo del mercado, por lo que serían unas 65 familias las afectadas.
Contamos con toda la maquinaria y personal para limpiar el terreno y que los vendedores que no se vieron afectados puedan seguir trabajando sin ningún problema”, apuntó.
Con el censo que ayer en horas de la mañana se levantó, la Municipalidad realizará una evaluación de los daños y luego vendrá la ayuda humanitaria. Ayer, maquinaria de la alcaldía realizaba las tareas de limpieza en todo el predio afectado. Fueron 200 empleados los que trabajaron para remover los escombros de la zona.
“Estamos coordinando toda la ayuda que nos darán a los afectados para que en el menor tiempo posible de nuevo instalemos los centros de venta. En estos momentos es que ocupamos de la solidaridad de todos”, dijo el presidente de los vendedores.
