Tegucigalpa, Honduras.
Todavía hay menores que emigran ilegalmente a Estados Unidos, pero muchos ven su sueño truncado en México.
El resultado de ese infructuoso viaje son las deportaciones que no cesan.
Según cifras oficiales, en lo que va del presente año suman 3,350 los niños y niñas deportados de ambas naciones por vía terrestre y aérea.
La cifra muestra una significativa disminución en comparación con los datos del año anterior, que dejó alrededor de 11,000 infantes repatriados.
El año pasado, el promedio mensual de infantes deportados fue de 900 a 950 y en este período se mantiene entre 500 y 550, según datos del Poder Ejecutivo.
Vienen por tierra
La mayoría son retornados por tierra desde territorio mexicano, donde se han incrementado las medidas de seguridad en las fronteras para evitar que se repita la crisis migratoria de 2014.
“Estamos hablando a esta fecha de 3,350 niños aproximadamente en el presente año y el año pasado fueron casi 11,000 niños retornados de Estados Unidos y México por la vía aérea y terrestre”, dijo Loli Salas, titular de la Dirección de la Niñez y Familia.
Detalló que el Gobierno trabaja en el seguimiento de cada uno de los menores repatriados para evitar que vuelvan a intentar llegar ilegalmente a Estados Unidos.
Baja
El año anterior, más de 50,000 menores de edad de Honduras, Guatemala y El Salvador fueron detenidos en la frontera entre México y Estados Unidos al intentar ingresar ilegalmente a EUA.
La mayoría de deportados llegan por tierra a la frontera de Corinto y muchos allí emprenden de nuevo su regreso en la ruta del migrante.
La presencia de los infantes centroamericanos desbordó la capacidad de los centros de detención para migrantes y causó una crisis que obligó a los Gobiernos de Estados Unidos y Centroamérica a adoptar medidas urgentes.
Una de ellas fue la formulación del Plan Alianza para la Prosperidad establecido para atacar la migración, creando condiciones de seguridad, empleo, educación, entre otros, en el Triángulo Norte.
Ayer, miembros de una misión internacional de activistas de derechos humanos advirtieron que el Plan de la Alianza para la Prosperidad promovido por los Gobiernos del Triángulo Norte de Centroamérica agravará la migración a Estados Unidos.
Todavía hay menores que emigran ilegalmente a Estados Unidos, pero muchos ven su sueño truncado en México.
El resultado de ese infructuoso viaje son las deportaciones que no cesan.
Según cifras oficiales, en lo que va del presente año suman 3,350 los niños y niñas deportados de ambas naciones por vía terrestre y aérea.
La cifra muestra una significativa disminución en comparación con los datos del año anterior, que dejó alrededor de 11,000 infantes repatriados.
El año pasado, el promedio mensual de infantes deportados fue de 900 a 950 y en este período se mantiene entre 500 y 550, según datos del Poder Ejecutivo.
Vienen por tierra
La mayoría son retornados por tierra desde territorio mexicano, donde se han incrementado las medidas de seguridad en las fronteras para evitar que se repita la crisis migratoria de 2014.
“Estamos hablando a esta fecha de 3,350 niños aproximadamente en el presente año y el año pasado fueron casi 11,000 niños retornados de Estados Unidos y México por la vía aérea y terrestre”, dijo Loli Salas, titular de la Dirección de la Niñez y Familia.
Detalló que el Gobierno trabaja en el seguimiento de cada uno de los menores repatriados para evitar que vuelvan a intentar llegar ilegalmente a Estados Unidos.
Baja
El año anterior, más de 50,000 menores de edad de Honduras, Guatemala y El Salvador fueron detenidos en la frontera entre México y Estados Unidos al intentar ingresar ilegalmente a EUA.
La mayoría de deportados llegan por tierra a la frontera de Corinto y muchos allí emprenden de nuevo su regreso en la ruta del migrante.
La presencia de los infantes centroamericanos desbordó la capacidad de los centros de detención para migrantes y causó una crisis que obligó a los Gobiernos de Estados Unidos y Centroamérica a adoptar medidas urgentes.
Una de ellas fue la formulación del Plan Alianza para la Prosperidad establecido para atacar la migración, creando condiciones de seguridad, empleo, educación, entre otros, en el Triángulo Norte.
Ayer, miembros de una misión internacional de activistas de derechos humanos advirtieron que el Plan de la Alianza para la Prosperidad promovido por los Gobiernos del Triángulo Norte de Centroamérica agravará la migración a Estados Unidos.