El dispositivo de seguridad montado por miembros de la Policía Nacional y las Fuerzas Armadas logró que la toma de posesión de Porfirio Lobo Sosa se desarrollara sin incidencias.
El control fue absoluto desde el interior del estadio Nacional, al que miles de hondureños llegaron a darle la bienvenida al nuevo Presidente. Desde las cero horas de ayer se activaron los cinco anillos de seguridad, aplicando incluso modernos sistemas de rayos X que buscaban detectar cualquier objeto que se quisiera introducir en el estadio Nacional Tiburcio Carías Andino.
La operación diseñada por una comisión nombrada por el presidente Lobo Sosa, en la que se involucró a miembros de la Policía Nacional Preventiva y de las Fuerzas Armadas, se estableció antes, durante y después de los actos protocolarios del magno evento.
Logística
Para no dejar ningún sector sin la vigilancia de rigor, se disponía de 5,500 uniformados entre las dos instituciones encargadas de la seguridad no sólo dentro del estadio, sino en los alrededores y los principales accesos a la capital.
También se recibió apoyo del Escuadrón Antibombas de la Policía Nacional que, con el auxilio de los perros adiestrados para detectar explosivos, revisó a las personas que ingresaban con equipos de televisión o de los medios escritos.
El personal que permanecía en los doce portones de acceso estaba bajo el mando de los oficiales. En el sector de la cafetería Gol se contaba con una moderna máquina de rayos X capaz de detectar cualquier objeto metálico.
El primer anillo de seguridad dentro del estadio estaba formado por miembros de inteligencia de la Policía y las Fuerzas Armadas, Dirección Nacional de Investigación Criminal y agentes encubiertos, ya que la idea era determinar quiénes podían causar algún tipo de problema, especialmente en el sector de los tendidos populares.
La seguridad no se dejó solo en manos de los uniformados; también participaron miembros del Cuerpo de Bomberos de Honduras, Cruz Roja Hondureña y Cruz Verde.
Apoyo
Afuera de las graderías de sol permaneció estacionado un brazo hidráulico del Cuerpo de Bomberos, desde donde los francotiradores permanecían atentos a cada una de las incidencias en las cercanías del estrado principal y en las graderías.
Cerca del estadio, los policías de tránsito daban a los conductores instrucciones para que circularan y dejaran libre el acceso de los vehículos autorizados para ingresar hasta un lugar más cercano al sitio donde se desarrolló el trascendental evento democrático del país.
En cada portón de acceso hubo estricto control. Para el caso, en los sectores de silla y preferencia no podían ingresar personas que portaban tarjetas que no indicaban el lugar correspondiente.
Todos tuvieron que hacer fila y pasar por el riguroso registro en todas las localidades. Los miembros de la seguridad estaban pendientes de lo que ocurría en los alrededores y en las graderías.
Sin incidentes
Los voceros de las dos instituciones informaron que no se reportaron hechos lamentables, por lo que la actividad se puede calificar como “un éxito”.
“Teníamos una responsabilidad que cumplir y lo debíamos hacer de la mejor manera posible, ya que se nos había encomendado dar máxima seguridad en el traspaso de mando presidencial y creo que lo cumplimos a cabalidad”, dijo el coronel Ramiro Archaga, vocero de las Fuerzas Armadas de Honduras.
“Lo importante es que contábamos con un plan desarrollado con anticipación y eso contribuyó para que el trabajo se llevara a cabo en coordinación con la Policía”, comentó Archaga.
El dispositivo de seguridad se extenderá hasta el fin de semana, ya que el sábado llegará el presidente de Colombia, Álvaro Uribe.
“La Policía Nacional y el Ejército se encuentran preparados para dar la seguridad no sólo en la capital, sino en todo el país. Por eso les pedimos a las personas que tengan tranquilidad, ya que para eso estamos los miembros de estas instituciones”, dijo Orlin Cerrato, vocero de la Secretaría de Seguridad.