San Pedro Sula, Honduras.
Las calles y avenidas del barrio Barandillas fueron el escenario perfecto para recordar el camino de Jesús hasta el monte Calvario mientras cargaba la cruz.
Han pasado once años desde que un grupo de jóvenes de la parroquia Cristo Salvador, de la Diócesis de San Pedro Sula, iniciaron esta tradición y que hoy es esperada por centenares de personas que aplauden las actuaciones de los participantes.
Hoy, el viacrucis se ha vuelto parroquial y la devoción con la que realizan las representaciones atrae a personas de otras comunidades que llegan a revivir la pasión y muerte de Jesús.
El camino de la cruz está compuesto por 14 estaciones que representan ciertas escenas de la pasión.
Alrededor de 75 personas participaron en la escenografías, montaje de escenarios y preparación de vestuario.
Los actores interpretan los papeles de Caifás, Pilato, los sacerdotes, los soldados romanos y la personificación de Jesús.
Emocionados, dicen que año a año se han reunido en la comunidad para poder elaborar este gran evento que es una enorme bendición para muchas de las familias que acuden a la Comunidad de Cristo Salvador, como de las familias de los mismos jóvenes que día a día y noche a noche acompañan en los montajes y preparaciones del evento.
Los miembros de la comunidad dicen que las preparaciones de este evento siempre empiezan dos a tres meses antes. “Gracias a la ayuda de Dios, la familia, los vecinos, siempre hemos logrado realizar este evento para la honra y gloria de Dios, participando niños de catequesis infantil, adolescentes, jóvenes, adultos y familias enteras que siempre en estas fechas tan bonitas se acercan a la comunidad a dar su granito de arena”, explica el coordinador del evento, Juan Ramón Mendoza.
Para los participantes es un honor que se les tome en cuenta y tener la oportunidad de personificar, en este caso el papel de Jesús, es una emoción indescriptible porque se han preparado días atrás para poder llevarle a la gente una reflexión de amor del sacrificio más grande que Jesús hizo por nosotros.
Las calles y avenidas del barrio Barandillas fueron el escenario perfecto para recordar el camino de Jesús hasta el monte Calvario mientras cargaba la cruz.
Han pasado once años desde que un grupo de jóvenes de la parroquia Cristo Salvador, de la Diócesis de San Pedro Sula, iniciaron esta tradición y que hoy es esperada por centenares de personas que aplauden las actuaciones de los participantes.
Hoy, el viacrucis se ha vuelto parroquial y la devoción con la que realizan las representaciones atrae a personas de otras comunidades que llegan a revivir la pasión y muerte de Jesús.
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Caifás, Pilato, los sacerdotes, los soldados romanos, fueron representados por los jóvenes de la comunidad Cristo Salvador en Barandillas.
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Alrededor de 75 personas participaron en la escenografías, montaje de escenarios y preparación de vestuario.
Los actores interpretan los papeles de Caifás, Pilato, los sacerdotes, los soldados romanos y la personificación de Jesús.
Emocionados, dicen que año a año se han reunido en la comunidad para poder elaborar este gran evento que es una enorme bendición para muchas de las familias que acuden a la Comunidad de Cristo Salvador, como de las familias de los mismos jóvenes que día a día y noche a noche acompañan en los montajes y preparaciones del evento.
| Las familias prestan sus casas y ayudan para que el viacrucis tenga vistosidad y sirva de enseñanza para que todos conozcan los incidentes de la pasión y muerte de Jesús, quien murió por nosotros para salvarnos.
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Para los participantes es un honor que se les tome en cuenta y tener la oportunidad de personificar, en este caso el papel de Jesús, es una emoción indescriptible porque se han preparado días atrás para poder llevarle a la gente una reflexión de amor del sacrificio más grande que Jesús hizo por nosotros.
“Para nosotros es uno de los tiempos más bonitos de la Iglesia católica y son experiencias inolvidables en nuestras vidas porque recordamos ese sacrificio de Jesús; es fácil decir el murió en la cruz, pero muchas veces no nos damos cuenta de todo el camino que Él recorrió, ofensas, golpes, latigazos y desprecios que sufrió antes de ser clavado en la cruz”, dice el coordinador.
