Bajo la sombra de frondosos pinos, a unos metros del lugar exacto donde por primera vez se mostró al mundo la virgen de Suyapa, se le rindió un tradicional homenaje.
En la comunidad de El Piligüín, ubicada en los bosques de La Tigra, en la capital de Honduras, se reunieron vecinos y feligreses de otras partes de la ciudad y el país para recordar el sagrado momento. Al lugar también se hizo presente el alcalde de la capital, Jorge Aldana.
La fresca tarde de ayer se recordó que fue un sábado de febrero, pero de 1747 cuando dos agricultores de Suyapa fueron los que encontraron la divina imagen de la virgen María.
Los trabajadores del campo Alejandro Colindres y el joven Lorenzo Martínez Calona fueron quienes tuvieron el honor de ver por primera vez a la virgen catracha, que hoy cumple 276 años de esta milagrosa aparición.
" Este es el mejor lugar y somos nosotros que tenemos esa gran bendición de estar aquí en El Piligüín. "
En la santa eucaristía, los devotos llevaron ofrendas florales y plegarias de agradecimiento por todos los milagros cumplidos.En la fresca tarde llena de fe se podían recibir algunos cálidos rayos del sol que se colaban entre los altos árboles.
“No somos idólatras como algunos nos critican, somos amantes de la madre de Dios. Esa devoción a la santísima virgen María de Suyapa, de Alejandro Colindres y Lorenzo Martínez, estaba en el corazón, porque eran católicos, sabían que esa imagen era sagrada, pero estaban muy lejos de pensar lo que Dios iba a hacer en el pueblo hondureño a través de esa imagen”, expresó el párroco de El Piligüín, Francisco Verar.
Y que, por la devoción de la virgen de Suyapa, a lo largo de estos 276 años de hallazgo, son miles de hondureños que han recibido milagros, gracias de conversión, sanaciones y el sacramento de la reconciliación.Muchos de los vecinos se sienten orgullosos de residir en el lugar donde fue encontrada la Morenita, para dar inicio a un legado de fe, amor y milagros.
Festejo
Desde hoy miles de hondureños se hacen presente a la basílica menor de Suyapa, para festejar el 276 aniversario de hallazgo, los feligreses vienen de todas las zonas del país. A las 9:00 am será la eucaristía para conmemorar un año más en que la virgen catracha, sigue cumpliendo milagros a sus fieles.
“Puse su vida en las manos de la virgencita”
Celebrar el sacramento del matrimonio dio un giro inesperado y convirtió el 9 de junio de 2022 en una fecha gris; la interrupción del plan divino de Dios tomó una pausa tras un catastrófico accidente en la CA-5.
María López tiene tos y quizás su cuerpo es huésped de alguna enfermedad respiratoria, con un bote plástico sostenido por sus manos laboriosas busca llenarlo y saciar su sed, respira profundo y casi entre sollozos agradece a la virgencita su eterno acompañamiento.
El accidente descrito, donde uno de sus hijos casi pierde la vida, es apenas uno de los múltiples milagros y el más reciente concedido a sus seres queridos por la Patrona de Honduras.
“Mi hijo sufrió, pero se curó, todos los problemas se los cuento a ella, es tan bella y divina, nunca desampara a mi familia”. Su hijo quedó en coma cinco días, “puse su vida en las manos de la virgencita, despertó y me pidió agüita, ese es el primer milagro”, recordó agradecida.
“El primer milagro fue apartarlo de la bebida”
En una cobija convertida en maleta, doña María Martínez guardó algunas prendas y comestibles y salió desde Lepaterique sin olvidar incluir la fe hacia la madre de Dios.Desde la basílica de Suyapa, María cumple la promesa de agradecer los milagros que la virgencita le dio a ella y a su esposo.
“Mi esposo Juan Bautista Ramos ya cumplió un año de muerto, esta es la primera vez que venimos sin él, pero aquí estamos recordándolo”.
Entre la fe para superar necesidades y emergencias, la pareja vivió casi toda una vida junta, pero el destino quiso llevarse primero a don Juan, así lo dice la devota que pese a la pérdida jamás olvida todos los milagros recibidos.
“El primer milagro fue apartarlo de la bebida, él tomaba bastante, nuestras vidas cambiaron cuando lo apartó de ese vicio”. Con el eco en el interior de la basílica, la feligresa con orgullo destaca que tiene más de 30 años de viajar desde Lepaterique a dejarle con amor flores a la virgencita.
“Vengo desde hace 70 años con fe de salud”
Con la ayuda de un bastón, doña Luisa Inestroza consigue un lento andar, no es para menos, ella vio la luz del mundo hace 80 años.
Entre el polvo del campamento donde las entidades brindan atenciones, doña Luisa avanza mientras piensa en dos cosas, medicinas para su hija acompañante y dar gracias a la Morenita por todos los milagros recibidos.
Hace dos meses una caída provocó una fractura en uno de sus familiares y esperan que el calvario que inició desde antes de Navidad llegue a su fin con la ayuda celestial de la madre de Dios.
“Con 80 años y aún visito a la virgencita, ya perdí la cuenta, pero creo que vengo desde hace 70 años con fe de salud para todos mis hijos”.
Su hija Julia Albertina Sierra escucha con atención a su mamá y la asiste a pocos metros de la atención médica. Aunque ambas confirman estar cansadas y un poco confundidas por la multitud de peregrinos, saben que su recompensa es más grande que su cansancio.
