El guatemalteco Marvin Oswaldo Escobar Orellana (34), identificado también como Marvin Esquivel López fue sentenciado a tres cadenas perpetuas consecutivas en prisión por matar a una familia hondureña el 16 de julio de 2019 dentro de una vivienda ubicada en la 1003 Day St., en el complejo Laurel Village, justo al norte de la carretera interestatal 235 y entre el Des Moines Area Community College.
“El asesinato de Rosibeth Flores Rodríguez fue horrible, pero los asesinatos de sus dos hijos fueron peores”, exclamó hace unas semanas el fiscal Kevin Hathaway al juez de distrito del condado de Polk.
El juez David Porter estuvo de acuerdo y, a instancias de Hathaway, condenó al guatemalteco por los asesinatos de Rossibeth Flores Rodríguez (29), Grecia Daniela Alvarado Flores (11) y Ever José Mejía (5).
El sitio de noticias locales Des Moines informó que Escobar Orellana fue condenado en enero por dispararle a Flores Rodríguez durante una discusión en su casa de Des Moines, Iowa, y luego matar a sus hijos.
“Entrar a ese sótano y acabar con la vida de dos niños inocentes que nunca habían hecho nada malo, acortando sus vidas, tampoco es impensable, señoría”, expresó el fiscal Hathaway.
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Flores Rodríguez y sus hijos habían emigrado recientemente a los Estados Unidos desde Honduras y se estaban quedando con Escobar Orellana y su familia cuando fueron asesinados en julio de 2019.
Betty Rodríguez, la madre y abuela de las víctimas, viajó desde Honduras para la sentencia del viernes y preparó una declaración leída en inglés por un asistente judicial.
“A mi corazón le faltan tres piezas, mi vida ya no es la misma”, externó. Indicó también que no siente odio por Esquivel López y que ora para que Dios tenga misericordia de él, pero lo instó a reflexionar sobre su alma y orar por el perdón.
”Rosie, Daniela, Ever fueron los mejores regalos para mí, mi vida cambió para siempre el día que tú, Marvin, les quitaste la vida. Mi hija era mi amiga, mi sistema de apoyo, mi todo y mis nietos eran mis tesoros”.
El tribunal también escuchó a Mertze Ánderson, quien conoció a Grecia, conocida como Dani, en su trabajo como enfermera escolar y solía llevarla a casa desde el club español.
“El día que ella murió mi vida cambió. He trabajado en cuidados intensivos de trauma, pero es diferente cuando se trata de alguien que nos importa”, dijo Ánderson.
El guatemalteco fue condenado por tres cargos de asesinato en primer grado durante su segundo juicio, luego de que un primer juicio resultó en un jurado dividido. La sentencia obligatoria en Iowa es cadena perpetua sin libertad condicional, lo que significa que la única decisión ante al juez Porter fue la cuestión académica de si las tres cadenas perpetuas serían concurrentes o consecutivas.
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El juez optó por ordenar las sentencias una tras otra, diciendo que Escobar Orellana tomó la decisión de seguir adelante después de matar a Flores Rodríguez. “Dijo que la muerte de Rosibeth Flores Rodríguez fue justificada, pero nada justifica el asesinato de dos niños, absolutamente nada”, mencionó el togado.
Escobar Orellana testificó durante el juicio que la muerte de Flores Rodríguez fue un accidente que ocurrió en una pelea cuando ella lo atacó con su arma. Afirmó que ella le dijo que ya había matado a sus hijos y que planeaba asesinarlo a él; sin embargo, su esposa Mariah le dijo al jurado que observó a los dos discutiendo y luego miró a su esposo sacar una pistola y dispararle a Flores Rodríguez, añadió que no había escuchado ningún disparo anterior desde el sótano.
Cuando se le ofreció la oportunidad de hablar antes de la sentencia el pasado viernes, Orellana Escobar se negó.
El juez Porter también falló antes de la sentencia en contra de una moción de la defensa para anular el veredicto del jurado. La abogada defensora Erin Carr argumentó que el testimonio de María Esquivel López era inconsistente y poco creíble en comparación con el testimonio del acusado.
”Creemos que la evidencia creíble está del lado de la defensa en este sentido”, dijo Carr; sin embargo, Porter expuso que si bien había “alguna evidencia directa, no mucha” de la culpabilidad del guatemalteco en el asesinato de la madre, había evidencia circunstancial “abrumadora” para respaldar los tres veredictos.
Recordó que a Rossibeth Flores Rodríguez le habían disparado dos veces desde diferentes distancias y ángulos y que a cada niño también le habían disparado dos veces en la cabeza.
”Si el señor Esquivel López (como se identificó en Estados Unidos) aseguró justificarse lo ocurrido, fue un tema que el jurado rechazó con base en la evidencia presentada”, apuntó el juez.
En su declaración, Betty Rodríguez elogió el trabajo de la Policía y los fiscales en el caso y dijo que se sentía “extremadamente bendecida y encantada por la calidad de las personas que este trágico caso ha puesto en mi camino”. El fiscal Hathaway subrayó que la sentencia era apropiada dadas las vidas afectadas por las tres víctimas y las vidas que habrían tocado en el futuro si hubieran vivido.
“Esta fue una tragedia indescriptible”, exteriorizó Hathaway después de la audiencia. “Aplaudimos los esfuerzos del jurado para decidir este caso y nos complace que se pueda hacer justicia a la familia”, concluyó.
