Hielo plástico en el suelo para hacer resbalar a los insurgentes en Irak y un rayo quemante para rechazar a una muchedumbre encolerizada en Afganistán son las nuevas armas en las que trabajan las fuerzas armadas estadounidenses, muy apasionadas por las altas tecnologías.
El hielo artificial es una sustancia que parece de plástico y “reproduce las propiedades del hielo sobre el pavimento.
Se trata de utilizar en ambientes cálidos y áridos como Irak y Afganistán”, explica en su sitio web la Agencia de Defensa de Proyectos de Investigación Avanzados, Darpa, del Departamento de Defensa de Estados Unidos.
La agencia lanzó en enero un llamado a licitación a científicos para participar en este proyecto.
Estrategia
La idea es reducir la movilidad del enemigo para permitirle a las tropas estadounidenses desplazarse sin problemas sobre el hielo artificial gracias a un agente desactivador vaporizado en las suelas de las botas y en los neumáticos de los vehículos.
Se trata precisamente de reproducir el “hielo negro”, hielo transparente sobre el suelo que adopta el color de la superficie recubierta.
Las cualidades de esta “arma” son evidentes para la Darpa: “reduce la capacidad de nuestros adversarios para caernos encima y perseguirnos y da tiempo a nuestros combatientes de actuar en lugar de reaccionar”.
Conocido por su tendencia a buscar la solución de todos sus problemas con altas tecnologías, el ejército estadounidense prevé presentar también otra arma nueva: un rayo que causa a los enemigos la sensación de que sus ropas van a inflamarse.
Tecnología
Instalada sobre un camión, el arma consiste en una antena parabólica que “emite un haz de ondas electromagnéticas que suscitan una sensación intolerable de calor en la piel de un adversario, empujándolo a retroceder, sin provocar heridas”, explican los responsables del Programa de Armas no Letales del Departamento de Defensa.
Para enfrentar disturbios, las fuerzas del orden tienen actualmente a su disposición balas de goma, pero según el director del programa, el coronel Kirk Hymes, el ejército estadounidense “necesita armas no letales que tengan un mayor alcance”.
Antena
El rayo puede ser utilizado eficientemente desde 15 a 500 metros. No se trata de un láser, la fuente de energía es una especie de antena parabólica que emite ondas electromagnéticas de longitud milimétrica, de gran potencia y muy alta frecuencia.
El rayo no puede traspasar muros, pero sí penetrar la mayoría de los tejidos. No funciona como un horno de microondas, que produce más energía, dura mucho tiempo más, implica temperaturas más elevadas y tiene un efecto más penetrante.
El Pentágono ha gastado alrededor de 60 millones de dólares.
Datos
1. Estudio
Fueron necesarios varios años para poner a punto este rayo, cuyo desarrollo fue acelerado en 2001 para permitir una rápida utilización.
2. No hay peligro
Según el ejército estadounidense, el rayo es una arma que no provoca quemaduras y está en conformidad con los tratados internacionales.
Pruebas
El Pentágono sostiene que más de 10 mil personas se han sometido a pruebas con el arma desde hace más de 12 años. Los rayos alcanzan el umbral de dolor en tres segundos y ninguna persona los ha soportado más de cinco segundos.