El Parlamento de Nicaragua suspenderá la discusión del polémico tema de los misiles Sam-7, cuya destrucción reclama Estados Unidos, ya que 'deberá tomarse su tiempo' para estudiar la nueva coyuntura militar en la región, según una fuente legislativa.
El secretario del Parlamento, Wilfredo Navarro, declaró a la prensa local que la directiva parlamentaria decidirá este miércoles el aplazamiento de la discusión de un proyecto de ley para detonar un lote de 651 misiles que estaba en la agenda legislativa de esta semana.
'Creo que este tema hay que verlo con mucho cuidado y sin la rapidez con que a veces los políticos tomamos las decisiones', declaró Navarro tras reunirse el martes con la jefatura del Ejército para efectuar consultas en torno al caso.
La adquisición de aviones del tipo Storm Rally por Honduras habría variado la posición de los legisladores que se habían mostrado dispuestos a aprobar la eliminación de los misiles adquiridos por Nicaragua en la década de 1980 en el contexto de la guerra fría.
'Al incrementar la fuerza Aérea de Honduras con estos aviones, aunque no sean de combate, facilita que Nicaragua quede en desventaja en el balance de fuerzas que se está creando con ese país', indicó el legislador liberal.
El presidente Daniel Ortega defendió el pasado fin de semana el derecho de Nicaragua de conservar los cohetes pues, asegura, son de carácter defensivo.
Esta decisión hizo reaccionar a la embajada estadounidense que le emplazó a continuar con la destrucción de todos los artefactos bélicos en poder del Ejército.
El ex presidente nicaragüense Enrique Bolaños destruyó en el 2004 un total de 1.000 misiles a petición de Estados Unidos y solicitó en el 2005 al Congreso autorización para detonar otro lote de 651 cohetes.