San Pedro Sula, Honduras.
En menos de 48 horas, don Octavio Zúniga Rivera perdió todo. El fuego le redujo a cenizas su patrimonio familiar en el mercado Central, ayer mientras permanecía en los escombros, la grúa le levantó su carro lo que provocó un zafarrancho que le causó un infarto y horas más tarde murió. Tenía 78 años y casi la mitad de ellos, unos 30, los pasó trabajando en el mercado junto a su querida Flor, su esposa que hoy llora su muerte y no encuentra consuelo.
Ni siquiera sabe qué hará con su vida. No se reponía de su pérdida material y hoy el destino le arrancó la mitad de su corazón, a su amado Octavio.
Don Octavio llegó el miércoles al lugar del siniestro y las cámaras de LA PRENSA captaron su rostro desencajado en medio de las ruinas en que se convirtió su esfuerzo. No perdió la esperanza, estaba dispuesto a seguir adelante.
Ese día buscó entre los escombros algo que sirviera, pero solo quedaba carbón y cenizas. Ese afán de levantarse, aunque la tristeza lo embargaba, hizo que saliera de su casa en su carro para acudir al predio y estar presente por si se hacía alguna reunión. El alcalde llegó sin avisar y Octavio participó en la plática. Antes de la reunión estacionó su carro en una esquina, poco después
pasó la grúa y levantó el auto del señor damnificado.
Asistido
Los vendedores avisaron de inmediato a su compañero, por lo que todos salieron corriendo para evitar que se lo llevaran. Don Octavio se alteró al ver que su vehículo ya estaba arriba de la grúa.
Los locatarios bloquearon la pasada, pero el estado de salud de Zúniga se complicó y el alcalde ordenó que bajaran el carro, por lo que los empleados municipales lo hicieron.
Recibió asistencia en el lugar, ya era muy tarde porque el corazón del señor falló y sufrió el infarto, recordó uno de los familiares.
En un intento por salvarle la vida, los vendedores pidieron ayuda a la Policía y en una patrulla llevaron a Zúniga a un centro médico privado, adonde llegó muerto.
Luchador
Henry Ramos, familiar de la víctima, manifestó que “don Octavio era un hombre luchador, originario de Santa Bárbara, quien desde hace más de 30 años inició su negocio en los alrededores del mercado Central, al poco tiempo logró conseguir un local y estableció su tienda de ropa”.
Octavio y Flor de Zúniga procrearon ocho hijos y más de 20 nietos, residían en la colonia Trejo. “Mi suegra era la encargada del negocio, pero él siempre estaba pendiente de ella y a diario llegaba al mercado, por lo que los locatarios lo apreciaban”, expresó el pariente. Hoy lo que piden es justicia por la muerte de un hombre que luchó por su familia y se caracterizó por trabajador.
En menos de 48 horas, don Octavio Zúniga Rivera perdió todo. El fuego le redujo a cenizas su patrimonio familiar en el mercado Central, ayer mientras permanecía en los escombros, la grúa le levantó su carro lo que provocó un zafarrancho que le causó un infarto y horas más tarde murió. Tenía 78 años y casi la mitad de ellos, unos 30, los pasó trabajando en el mercado junto a su querida Flor, su esposa que hoy llora su muerte y no encuentra consuelo.
Ni siquiera sabe qué hará con su vida. No se reponía de su pérdida material y hoy el destino le arrancó la mitad de su corazón, a su amado Octavio.
Don Octavio llegó el miércoles al lugar del siniestro y las cámaras de LA PRENSA captaron su rostro desencajado en medio de las ruinas en que se convirtió su esfuerzo. No perdió la esperanza, estaba dispuesto a seguir adelante.
| El arrendatario tenía más de 30 años de trabajar en el mercado.
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Asistido
Los vendedores avisaron de inmediato a su compañero, por lo que todos salieron corriendo para evitar que se lo llevaran. Don Octavio se alteró al ver que su vehículo ya estaba arriba de la grúa.
Los locatarios bloquearon la pasada, pero el estado de salud de Zúniga se complicó y el alcalde ordenó que bajaran el carro, por lo que los empleados municipales lo hicieron.
 Octavio Zúniga llegó el miércoles al mercado Central y no podía creer que el patrimonio de toda su vida estaba reducido a escombros.
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En un intento por salvarle la vida, los vendedores pidieron ayuda a la Policía y en una patrulla llevaron a Zúniga a un centro médico privado, adonde llegó muerto.
Luchador
Henry Ramos, familiar de la víctima, manifestó que “don Octavio era un hombre luchador, originario de Santa Bárbara, quien desde hace más de 30 años inició su negocio en los alrededores del mercado Central, al poco tiempo logró conseguir un local y estableció su tienda de ropa”.
 Ayer en el mismo lugar sufrió un infarto tras querer evitar que una grúa municipal le llevara su carro.
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 Zúniga falleció minutos después camino a una clínica.
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