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Nuevo sistema carcelario de Honduras será moderno y estricto

  • 18 marzo 2017 /

Con la construcción de cárceles de máxima seguridad y el traslado masivo de los reos más peligrosos, el Gobierno de Honduras ya inició la transformación penitenciaria

    San Pedro Sula, Honduras

    Ordenado, con estrictas medidas de seguridad, con instalaciones modernas y con un control total por parte de las autoridades será el nuevo sistema penitenciario, según el plan anunciado por el Gobierno de Honduras.

    Esta estrategia para reformar por completo el sistema carcelario ya fue puesta en marcha por parte de las autoridades hondureñas, con acciones concretas, como la construcción de cárceles de máxima seguridad y con el traslado masivo de reos de alta peligrosidad.

    Otra medida fundamental para comenzar la transformación de las cárceles del país fue la puesta en vigor de las reformas penales aprobadas por el Congreso Nacional este 22 de febrero.

    Esto debido a que dentro del paquete de reformas penales que envió el Poder Ejecutivo al Congreso Nacional, la ley que más cambios tuvo fue la del Sistema Nacional Penitenciario.

    Situación
    Solo 30% de los reos que están en cárceles hondureñas tienen condena. Disminuir la mora judicial es otra meta del Gobierno.

    Según explicó Orle Solís, comisionado presidente del Mecanismo Nacional de Prevención contra la Tortura otros Tratos Crueles Inhumanos o Degradantes (MNP-Conaprev), las características que tendrá el nuevo sistema carcelario del país serán un cambio positivo y radical para las prisiones hondureñas.

    “Por primera vez el Estado de Honduras va a cumplir con las reglas mínimas que establece el sistema de las Naciones Unidas”, manifestó Solís.

    Además, el presidente de MNP-Conaprev declaró que los cambios en la ley del Sistema Nacional Penitenciario son muy importantes porque tendrán un efecto que cambiará la realidad de las cárceles hondureñas.

    “Estas son políticas de seguridad del Estado que están encaminadas a fortalecer el sistema penitenciario”, expresó Solís.

    Seguridad, orden e instalaciones modernas son unas de las características que tendrá el nuevo sistema carcelario una vez que sea completado el proceso.

    Acciones históricas

    Este miércoles 15 de marzo, las autoridades completaron exitosamente la operación Arpía, que consistió en el traslado de 755 reos que estaban en el centro penal de San Pedro Sula, la mayoría pandilleros, y fueron llevados a la cárcel de máxima seguridad conocida como El Pozo, en Ilama, Santa Bárbara.

    “Esta acción es parte de la reforma al sistema carcelario”, dijo el presidente Juan Orlando Hernández.

    17,000
    Privados de libertad aproximadamente están en los diferentes centros penitenciarios de Honduras.

    Además de El Pozo, el Gobierno también construyó la cárcel de máxima seguridad llamada La Tolva, que está en Morocelí, El Paraíso.

    El jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas, Francisco Isaías Álvarez Urbina, dijo que la operación Arpía “fue una operación planificada milimétrica y profesionalmente, en la que se demostró que las Fuerzas Armadas están preparadas para afrontar retos importantes”.

    Muestra de la nueva cara del sistema carcelario son las prisiones conocidas como El Pozo y La Tolva.

    Control y modernización

    Según lo ordenado en las reformas hechas a la ley del Sistema Nacional Penitenciario, será obligatorio que cada centro penitenciario tenga trabajadores sociales, maestros, sicólogos e instructores técnicos.

    Además, según el Gobierno, “el control absoluto de las cárceles estará en manos de las autoridades y no de los reclusos”.

    Una de las reformas de mayor importancia en la ley penitenciaria es que se decreta la autonomía del Instituto Nacional Penitenciario (INP) de Honduras.

    La reforma hecha a la ley del Sistema Nacional Penitenciario establece que “el Instituto Nacional Penitenciario (INP) será una institución de seguridad del Estado, autónoma, con personalidad jurídica, independencia técnica presupuestaria, administrativa y autodeterminación normativa”.

    La tecnología también será una herramienta más usada por las autoridades en los centros penales para la supervisión de las actividades de los reclusos.

    Disciplina

    “Los penales no son lugares de fiesta ni para planificar cosas perversas”, expresó el presidente Hernández tras la operación Arpía. Según detalla el Gobierno hondureño, con los cambios en la ley penitenciaria habrá un control estricto sobre los ingresos de visitas en los centros penales. Se evitará que los reos tengan el control, como ha sucedido durante varios años en cárceles como la de San Pedro Sula, en la cual con el traslado de 755 privados de libertad la situación fue cambiada de inmediato.

    9,500
    Personas sin condena hay presas en los centros penales del país, según organizaciones no gubernamentales.

    Además se evitará que los reclusos tengan armas, lujos, y se restringirán sus comunicaciones de forma más severa, como ya se ordenará con el bloqueo de señal de celulares en las cárceles.

    También se prohibirá que tengan acceso a Internet para que no puedan seguir ordenando cometer asesinatos, extorsiones, secuestros y otros crímenes.

    Atribuciones

    Con los cambios en el sistema carcelario y su ley se establece que las atribuciones del Instituto Nacional Penitenciario son elaborar y ejecutar la política penitenciaria y las medidas privativas de libertad.

    Además asegurar la rehabilitación, la reeducación y reinserción social de las personas que cumplen penas, conforme al régimen progresivo que establece esta ley.

    También el INP debe crear y organizar los establecimientos penitenciarios del Estado.

    Según el delegado nacional de centros penales, German Mcneil, las reformas han sido necesarias por el avance de la criminalidad que había en las cárceles; aunque destacó que en algunos centros penitenciarios ya se habían hecho los cambios requeridos.

    Centro penal de Naco aún no está listo
    A pesar de que comenzó a ser construida mucho antes que cárceles como El Pozo en Ilama, Santa Bárbara, o La Tolva, en Morocelí, El Paraíso, lo cierto es que la cárcel de Naco todavía no está lista para albergar a privados de libertad.

    La prisión es un proyecto impulsado por la Fundación Pro Construcción del Centro Penal de Naco, y que tiene como fin albergar a la mayoría de presos de la cárcel de San Pedro Sula, con lo cual se permitiría que acabe el hacinamiento en el centro penal y su posterior cierre definitivo.

    “Es necesario que esta obra sea concluida porque permitirá a los privados de libertad estar en un espacio más digno y en mejores condiciones, que a la vez facilitarán la labor de las autoridades”, dice el obispo auxiliar de la Diócesis de San Pedro Sula, Rómulo Emiliani, presidente de la Fundación Pro Construcción del Centro Penal de Naco.

    La fundación ha invertido hasta ahora más de L160 millones en la obra, pero no logró finalizar la primera etapa de la prisión.

    Con esa inversión se edificaron seis módulos que albergarán a unos 1,250 reos.

    La Fundación firmó un convenio por 120 millones de lempiras con el actual Gobierno y a través de la Tasa de Seguridad contrató una supervisión para el seguimiento y control de esos recursos. Una de las limitantes para terminar la obra ha sido la falta de fondos.

    La capacidad original de ese penal era de 2,500 reos en las dos etapas de 12 módulos.
    En cada módulo se ubicará a 250 internos.