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Por alto riesgo, centros penales en áreas urbanas serán cerrados

  • 18 marzo 2017 /

El presidente hondureño ya anunció que se inició el proceso para desaparecer las cárceles que estén dentro de las ciudades.

    San Pedro Sula, Honduras

    Durante años, las propias autoridades han expresado que los centros penales ubicados en las áreas urbanas de Honduras son “bombas de tiempo”.

    Pero con la aprobación de las reformas penales cuyo nombre es Ley de Fortalecimiento y Efectividad de la Política de Seguridad, estas cárceles tienen sus días contados debido a su “alto riesgo”.

    En dichas reformas se expresa que “Se declara de interés público y prioridad nacional la reubicación de los centros penitenciarios que actualmente funcionen en áreas urbanas”.

    En la 71 Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), celebrada en septiembre del año pasado, el presidente hondureño Juan Orlando Hernández ya había confirmado la iniciativa para cerrar las cárceles en los cascos urbanos.

    Centros penales como los de San Pedro Sula, Puerto Cortés, El Progreso, Comayagua y Trujillo, entre otros, son prueba del riesgo que representan estas cárceles para la población.

    El primer centro penal ubicado en área urbana que ya comenzó su proceso de cierre es el de San Pedro Sula de donde el miércoles 15 de marzo fueron trasladados 755 reos de alta peligrosidad a la cárcel llamada El Pozo, en Ilama, Santa Bárbara.

    El centro penal sampedrano tiene más de 60 años de estar en la zona céntrica y aún alberga a más de dos mil reos.

    Viviendo con el peligro cerca. En la vista aérea captada con el drone de LA PRENSA se ve el penal de San Pedro Sula en una zona céntrica. El penal de La Ceiba también es un riesgo en la ciudad.

    Problema

    En La Ceiba cada día siguen ingresando más reclusos.

    El centro penal ceibeño fue construido para una capacidad de 140 reclusos, pero debido a los altos índices de delincuencia ya tiene más de 431 presos.

    Don Jorge Romero es el presidente del patronato del barrio Inglés y reside a pocas cuadras de esta cárcel. Afirma que lleva años junto con los demás habitantes de su sector exigiendo a las autoridades municipales y gubernamentales que cierren ese recinto, ya que representa un serio peligro tenerlo en esa área céntrica. “Ya es tiempo que remuevan el presidio porque está en una zona adonde hay mucho comercio y resulta peligroso. Se han hecho esfuerzos por trasladarlo a otro sitio”, dijo.

    El vetusto edificio de dos plantas fue construido en 1890. Se construyó inicialmente para que sirviera de cuartel general de las Fuerzas Armadas.

    Desde 1921, la parte baja comenzó a funcionar como presidio.

    “Este es un edificio viejo y es una bomba de tiempo. No está acondicionado para que sea un presidio. Ojalá Dios no vaya a permitir un cortocircuito aquí porque sería peligroso”, señaló el encargado del penal, el clase 2 Félix Espinoza.

    El Cuerpo de Bomberos ha realizado inspecciones y constatado que las instalaciones son un peligro.

    “Periodicamente se ha revisado el centro penal y se ha informado a quien corresponde de los hallazgos. Es un sitio viejo y sobrepoblado exageradamente.

    Se les ha enviado varios informes a las autoridades del centro penal para que comuniquen a sus superiores que hay que hacer algo porque el centro penal es un peligro por las instalaciones eléctricas y porque hay sobrepoblación”, apuntó Francisco Rodríguez, vocero de Bomberos.

    El centro penal está en el pleno centro de La Ceiba, a unos 800 metros del parque central, contiguo al Malecón y paseo turístico del Muelle Reynaldo Canales.

    En sus instalaciones solo hay dos baños para los 431 ocupantes y uno es para las visitas. Además, solo cuenta con dos apartamentos en los que duermen los presos.

    Esta realidad se ha vivido por años en centros penales en áreas urbanas, pero todos serán cerrados.