La pandemia del covid los sacó de las aulas, pero los hizo poner en práctica dos cualidades que dominan muy bien: la innovación y el ingenio.
La mayoría de los 60,000 docentes que hay en el país convirtieron las salas de sus hogares en salones de clases para seguir enseñando a los estudiantes; pero otros tuvieron que recurrir a métodos más creativos. Hoy que se celebra su día es propicio para reconocer su gran labor.
Durante los seis meses de pandemia, los profesores se han esforzado para seguir enseñando a sus alumnos a través de diferentes estrategias y el uso de herramientas tecnológicas, tal es el caso de la maestra Yordy Sánchez (de 43 años) que labora en el centro de educación básica Ramón Rosa, de la capital.
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Su vocación por la enseñanza la ha llevado a utilizar diferentes formas para que ninguno de los 35 alumnos de sexto grado que tiene a su cargo deje de recibir el pan del saber. La maestra comenzó asignando tareas a través WhatsApp, luego para tener más contacto con los estudiantes decidió comenzar las clases telemáticas por la plataforma Zoom apoyada con presentaciones de las diferentes asignaturas que imparte.
Sánchez desde pequeña quiso ser maestra y actualmente lleva 18 años educando a niños. Su amor por la profesión la llevó a abrir un canal en YouTube, en el que graba videos explicando los diferentes temas que luego los comparte con los niños, con el propósito de que sus alumnos aprendan mejor durante el confinamiento. Además planea transmitir sus clases en vivo por la plataforma de videos.
Silvia Morales les lleva las tareas a las casas de los alumnos en una aldea de Trinidad, Comayagua.
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Desafíos
Según datos de la Secretaría, la mayoría de alumnos están recibiendo asignaciones a través del material didáctico proporcionado por el Estado y por WhatsApp.Por medio de esta aplicación de chat se han brindado más de un millón de atenciones, es decir, comunicaciones entre estudiantes y maestros. No obstante, en la zona rural adonde el acceso a Internet es bajo, los maestros hacen su labor con visitas domiciliarias; además, ellos deben buscar materiales para ofrecer los temas a los niños y jóvenes.
Mirian Gonzales da las clases en una calle de la aldea El Barro en Oropolí, El Paraíso.
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“Todos los días a cualquier hora estamos atendiendo a los padres, muchos de ellos trabajan y solo en la noche pueden hacer tareas con sus hijos; incluso, trabajamos los fines de semana”.
La maestra tiene contacto con los alumnos a través de audios y tareas que envía por WhatsApp. Debido a los limitados recursos de los padres no han tenido videollamadas por otras aplicaciones.