Las fuertes lluvias que azotan el territorio hondureño desde el lunes han puesto en evidencia la fragilidad de diversas regiones ante los fenómenos climáticos, especialmente en el oriente y centro del país.
En las últimas 48 horas, departamentos como Choluteca, La Paz, El Paraíso, Olancho, Comayagua, Francisco Morazán, Atlántida y Yoro han registrado precipitaciones de intensidad débil a moderada, como resultado de una vaguada en superficie que continúa generando inestabilidad atmosférica.
Uno de los sectores más afectados ha sido el municipio de Catacamas, en el departamento de Olancho, donde la crecida de los ríos Blanco y Poncaya, producto de los intensos aguaceros del martes, provocó el aislamiento de al menos 80 comunidades. El desbordamiento del río Blanco obstaculizó el acceso a las principales vías de comunicación de la zona, dejando a decenas de familias incomunicadas.
Además, se reportaron varios vehículos atrapados por la fuerza de las corrientes y caminos completamente intransitables, según denunciaron vecinos del sector.
Las autoridades de gestión de riesgos mantienen monitoreo constante en las zonas afectadas ante la posibilidad de que continúen las lluvias en los próximos días.