Un hombre murió ahogado y otro está desaparecido a causa de las torrenciales lluvias que cayeron este domingo en Tegucigalpa, informó hoy el alcalde de la capital hondureña, Ricardo Álvarez.
La víctima mortal fue identificada como Calor Ortiz, un albañil que ayudaba a una familia a evitar daños en su vivienda por un deslizamiento de tierra en una colonia marginal al noroeste de Tegucigalpa.
Álvarez indicó a periodistas que al parecer una gran cantidad de agua retenida en un muro rompió con fuerza y arrastró a Ortiz, cuyo cadáver fue encontrado ayer aguas abajo en el barrio Sipile.
La persona desaparecida es Gustavo Misael Salgado, quien según el portavoz del Cuerpo de Bomberos, Oscar Triminio, acompañaba a Ortiz.
Los bomberos reanudaron hoy la búsqueda de Salgado, mientras que la Alcaldía de Tegucigalpa continuó con la limpieza de lodo, piedras y basura arrastrada por las lluvias.
La alta vulnerabilidad de algunas regiones de Tegucigalpa quedó de nuevo evidenciada ayer tras una tormenta de unos quince minutos, que provocó el desbordamiento de algunas quebradas que inundaron partes bajas, entre ellas un zona de mercados populares.
Según fuentes meteorológicas, a causa del fenómeno 'La Niña', en Honduras se esperan fuertes lluvias durante los próximos tres meses.
El mal tiempo en el sur, centro y oriente continuará hoy, con mayor incidencia en horas de la tarde, según fuentes de Aeronáutica Civil.
Por enésima vez, la quebrada El Sapo inundó parte de la capital de Honduras. La preocupación en esta ocasión es doble porque los capitalinos que están en plena guerra contra el dengue quedan más vulnerables a los embates de la naturaleza y de la mortal enfermedad.
Por un lado sale a flote de nuevo la vulnerabilidad de la capital. Una intensa lluvia de 35 minutos anegó la zona de los mercados.
La quebrada El Sapo hizo de las suyas. Se salió de su cauce y su furia dejó una persona ahogada, identificada como Virgilio Ortiz.
El cuerpo del infortunado fue arrastrado por la fuerza del agua en la colonia Zapote Norte y lo rescataron los bomberos en la zona del cementerio Sipile.
El Sapo también causó inundaciones en los mercados Álvarez y San Isidro de Comayagüela, donde el agua les llegó al cuello a decenas de vendedores que intentaron salvar como pudieron parte de su mercadería.
Óscar Triminio, portavoz del Cuerpo de Bomberos, detalló que un muro se vino abajo y causó daños materiales en varias viviendas del sector I de la colonia Tres de Mayo cerca de la quebrada El Sapo.
Basura, la culpable
El alcalde capitalino Ricardo Álvarez hizo labores de supervisión en la zona de los mercados, donde se determinó que la enorme cantidad de basura produjo las inundaciones.
El problema de los desechos sólidos persiste en la capital, aunque durante más de tres semanas está siendo intervenida en largas jornadas de limpieza con el propósito de eliminar los botaderos de basura que sirven como criaderos de zancudos.
La tormenta también anegó varias casas en la colonia San Francisco y dejó intransitables calles y bulevares.
De 15 a 20 milímetros de agua cayeron sobre la ciudad, según datos de Óscar Zelaya, pronosticador de turno del Servicio Meteorológico Nacional.
Anunció que las lluvias continuarán en la ciudad, La Mosquitia, Olancho y parte de la zona norte.
Dengue no quiere ceder
Mientras un nuevo problema se suma, la epidemia no baja de intensidad. Este fin de semana, los centros asistenciales de la capital, públicos y privados, estuvieron abarrotados por enfermos, aparentemente, de dengue.
La enfermedad crece a pesar de los esfuerzos de las autoridades de Salud, que hoy darán a conocer los últimos recuentos de personas afectadas y fallecidas por esa causa.
La alarma se ha apoderado de los capitalinos, sobre todo porque esta región es la más afectada por esta enfermedad, según las estadísticas de la Secretaría de Salud.
Para el caso, se afirma que de las 31 muertes por dengue, unas 16 son de la capital. Según cifras, del total de casos confirmados en todo el país, más del 80 por ciento corresponde a la ciudad capital y alrededores.
El ministro de Salud, Arturo Bendaña, le pidió a la población de todo el país que adopte medidas de prevención y evitar los criaderos de zancudos transmisores del dengue.
El fin de semana, Bendaña se hizo acompañar por la directora del Programa Nacional de Dengue, Roxana Araujo, para emprender campañas de concienciación en las zonas más afectadas por el dengue.
“La gente debe educarse para evitar que la enfermedad prolifere, logrando eliminar los criaderos de zancudo”, dijo Bendaña.
La preocupación de las autoridades tiene razón de ser porque lo peor está por venir.
Se prolongará epidemia
El aumento de las lluvias del invierno hace temer que habrá mayores criaderos de zancudos y, por tanto, la enfermedad se propagará con mayor facilidad, en especial si la población no previene.
Se conoció que durante catorce semanas el país debe enfrentarse a un alza significativa del número de casos. De ésas, ya han pasado siete semanas, por lo que se esperan otras siete con un comportamiento igual de agresivo en el número de enfermos.
Hasta la semana epidemiológica 27, la Secretaría de Salud tenía registros de 22,406 casos confirmados de dengue clásico y 705 de hemorrágico en todo el país, declaró la directora del Programa de Dengue, Roxana Araujo.
Siguen llegando enfermos
En vista de que continúan llegando enfermos con síntomas de dengue al hospital Mario Catarino Rivas, ayer sí se abrió el área de filtro para atender a estos pacientes y descongestionar las salas de emergencia.
El viernes, los médicos expresaron su temor por la llegada masiva de enfermos el fin de semana. Lo predicho ocurrió, se atendió ambos días al menos a 300 sospechosos, pero la mayoría fueron enviados a sus casas porque no tenían todos los síntomas de la enfermedad.
El personal médico del filtro informó que ayer por la mañana atendieron a unas 18 personas que acudieron al centro asistencial, de las cuales seis ingresaron con sospechas de dengue hemorrágico y fueron internadas para estabilizarlas y evitar que empeoren.
